De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
De la serie enfermedades y padecimientos: | |||
McEnfermedad | |||
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Nombre común | McEnfermedad Collesterillus. | ||
Clase | Enfermedad degenerativa. | ||
Afecta a | A todo el que haya oído, olfateado, visto o tanteado a McDonald's con cualquiera de sus cinco sentidos. | ||
Número de enfermos | |||
Pruebas clínicas | No fueron posibles en consumistas activos. | ||
Extendida en | Todo el mundo, se planea saltar al espacio y universos continuos. | ||
Diagnosis (síntomas) | Kilos y kilos de más, incluso al comer sus manzanas. | ||
Tratamiento | No fue posible, tratamos con ensalada, pero la mierda de franquicia creó la suya... | ||
Prognosis (expectativas) | No las hay, McDonald's está tan arraigado al planeta como el núcleo del mismo. | ||
¿Contagiosa? | Muy contagiosa | ||
Dieta | No hay dieta que te salve una vez pruebes ésta mierda. | ||
Caso famoso | IP anónima. |
«¡¡Me Encanta!!»
~ Persona infectada citando lo obvio.
«¡¡Me encanta!!™»
~ Eslogan de McDonald's para atrapar a la gente sana.
«I'm lovin'it!!»
~ McDonald's slogan for trap healthy people.
«No tengo hambre ahora. Me voy al McDonald's»
~ Claro ejemplo de una persona con la enfermedad en estado avanzado.
«Huy, ¡¡bajaron el Triple Bacon!!»
~ Típico seguimiento de ofertas que suele hacer la emocionada persona infectada.
«¿Te acuerdas cuando el Bagel de Huevo se llamaba Egg McMuffin?»
~ Infectado veterano recordando viejos tiempos.
«Antes esta mierda era más grande, lo juro»
~ Persona infectada dándose cuenta de cómo nos roba la franquicia.
«¡¡Yo no estoy enfermo, mamá!!. Me voy al McDonald's»
~ Niño infectado enseñando a su madre lo enfermo que está.
«Oh, estoy muy lleno...¡¡Una papa en el piso, es mía!!»
~ Claro ejemplo de persona enferma en Fase Cinco.
«Tal vez quiso decir: "Mierda de ganado"»
~ Google aplicando su poderosa sabiduría a quién busca sobre McDonald's.
«Bueno...me voy al McDonald's.»
~ Persona que ha aceptado su enfermedad.
«Juro que a partir de mañana empiezo a comer sano.»
~ Persona infectada auto engañándose.
«¡¡Vete a la mierda!!»
~ Persona normal maldiciendo a una infectada. Esta última se va a un McDonald's.
«me engorda!»
~ todo el que come en Mierdonalds al padecer la Mc enfermedad
Todo comenzó en el año 1940. Era un año de prosperidad porque la gente era de buen comer, no como ahora que le sirven mierda a uno en el plato y la come así sin miramientos.
Las comidas de moda eran en ese entonces totalmente sanas, como hortalizas, brócolis, puré de manzana concentrado y para beber y la moda era la leche de vaca sin desbacterizar; por supuesto, para ese entonces también, uno de los males más grandes del mundo ya había sido lanzado: La Coca-Cola, pero no había gran peligro para el hombre común, dado que sólo los ricos podían darse el lujo de llegar a éste brebaje maligno pudre-dientes.
La moda alimenticia se basaba en internarse en medio del bosque silvestre con un grupo de amigos, los cuales llevaban canastas con deliciosa comida hecha en casa, extinta ya, y armarse el picnic ahí nomas; claro estaba que pocos eran los sobrevivientes luego de que animales como los osos, chitas y otras alimañas salían de sus escondites atraídos por el olor de los comestibles.
Sin embargo, se disfrutaba de la actividad al aire libre y los niños tenían la oportunidad de conocer fieras salvajes en vivo y en directo, en vez de conseguirlas en figuritas, verlas muriéndose en el zoo o por interné.
Sólo dos individuos, con el mal corriendo por sus venas, desentonaban con ese bello y natural paisaje. Los hermanos Dick y Mac Donald (en serio, eran sus nombres) veían un gran mal en la sociedad al ingerir alimentos tan buenos para el cuerpo; ellos se consideraban visionarios, y ambos compartían un sueño que le oyeron murmurar a un vagabundo borracho, pero era un sueño.
Una noche, mientras los hermanos malévolos terminaban su cena dejando algunas sobras, su madre preocupada de que esto se repitiera siempre, les preguntó qué era la comida deliciosa para ellos. Dick y Mac soltaron su sueño a sus asustados padres: dijeron que la comida debía tener una revolución anarquista y separarse del impecable sistema de Estados Unidos; implementaron que la vaca ya no servía para dar leche, y que en vez de eso, debían asesinarla cruelmente y con mayor sufrimiento posible para obtener la mejor carne.
La leche, en vez de ser bebible, debía ser sustraída de las familias para formar postres de tamaño ínfimo, pero con costes que podrían rebajarle el sueldo a nueve de cada diez estadounidenses al tratar de comprar sólo dos.
Las patatas deberían ser separadas del pavo y tener forma más alargada (así para llamar la atención de las señoras y pervertidos), además de tener un toque químico, cosa que ellos pudieran darle las sobras a posibles nuevos clientes, reduciendo así los impuestos.
La mirada de sus padres lo decía todo: había que internar a estos dos locos ya. Su padre dejó el suplemento deportivo con un fuerte golpe en la mesa de madera, y les dijo que se bajaran los pantalones para darles las nalgadas más fuertes que habían recibido y recibirán jamás.
Les dijo que sus peroratas sin sentido atentaban sobre el mejor sistema del mundo conocido (que para ese entonces era EE.UU.) y que si todos dejaran de comer sano, los fuertes deportistas rubios y de ojos celestes que el mejor país jamás creado lanzaba al extranjero, dejarían de ocupar los primeros puestos en todo, incluso en los juegos olímpicos, dándole así el lugar a algún negro tercermundista que no lo merecía por ser pobre y tener treinta y ocho hermanos negritos.
Además les dejó claro que el tener una "carnicería" como local, podría atribuir a la contratación de medio millón de empleados, los cuales se comportarían mal con la gente, limpiarían mal los establecimientos, cocinarían y entregaran cruda a la carne y cobrarían de más.
Por eso, a los siete y catorce años, los hermanos fueron depositados en un colegio pupilo cristiano-católico para poder extirparles esos demonios de sus cabezas.
Al salir de ese pozo, llenos de golpes de monjas calientes, los hermanos parecían haber tomado contacto con la realidad y haber purificado sus pecadoras almas, pero el comercio seguía en su sangre, por lo que al tener la edad suficiente para correr un negocio, pero no para separarse de sus padres (en los '40 era uno mayor a los 53 años), Dick y Mac inauguraron el primer McDonald's del mundo, el cual se basaba en ese entonces en comidas sanas para llevar.
El local tuvo éxito en sus primeros 147 clientes, dado que la gente iba allí con las cestitas y se armaba un picnic dentro del mismo; los helados eran orgánicos y todo el mundo era feliz. Todos, menos los malévolos hermanos...
De 1940 a 1947, el mundo gastronómico no había cambiado gran cosa, a excepción de The Coca-Cola Company y los recientes Kentucky Fried Chicken (KFC) del Coronel Sanders; sin embargo, es su afán de cuidarse la salud, la gente ignoraba estos pozos de perdición y acudía a cualquiera de los dos McDonald's ya instalados.
De todas maneras, Dick y Mac no terminaban de disfrutar su sueño, dado que no era lo que ellos buscaban para las personas, así que un día de 1948, año en el que su padre ya había pasado a mejor vida (eso se creyó en la autopsia) los hermanos hicieron una revolución de gran peso en el mundo gastronómico. Y con peso me refiero a las dos cosas.
Comenzaron por cerrar todos sus locales y darles semanas de vacaciones forzosas a sus pocos empleados.
Según los pocos sobrevivientes de esa época, el nuevo y remasterizado McDonald's abrió dos meses y medio después, con un nuevo y prometedor lanzamiento el cual ellos apodaron "McMenú".
El menú disponía de una tentadora fotografía en la que se enseñaba a quién quisiera verla, una hamburguesa demasiado gorda, apetitosa y grasosa como para existir (si lo sabremos ahora...), acompañada de una bolsa de papel, la cual llevaba en su interior unas laaargas y doradas papas las cuales estaban cocinadas a lo "frito", según dictaba la moda de la comida.
La leche de vaca se seguía ofreciendo como bebida incluso en el McMenú. Los clientes estaban absortos al ver semejante cambio, y eso le valió a la pequeña franquicia la huida de 97 clientes. Para conservar a los indecisos, Dick y Mac inventaron una campaña publicitaria la cual traía en sus grandes carteles, la frase de estimulación por excelencia:
Con tan obvia provocación e incitación sexual reprimida, éste anuncio atrajo a muchos valientes e ignorantes, los cuales aceptaban el reto, además de llevarse la primera hamburguesa gratis.
Obviamente, lo que les pasó, le sigue pasando al mundo moderno de hoy: la mordida los hizo adictos, y comenzó a propagarse la conocida "McEnfermedad".
Con el local tan lleno de gente descontrolada por consumir carne, que en ese entonces era de verdad, Dick y Mac tuvieron que hacer un pacto con una compañía que hiciera que la gente se volviera adicta a otra cosa para compartir las ganancias y poder llegar a fin de mes, no con el dinero, sino con las vacas y los osos Grizzly, nueva adquisición por la cercana extinción de la primer especie.
Los hermanos llegaron a hacer el pacto, como no, con The Coca Cola Company, cambiando así la leche de vaca (que ya estaba saliendo rosa por mezclarse con la sangre del animal) por la oscura y burbujeante bebida.
El McMenú ya estaba completo, hoy en día todos pueden acercarse a cualquier McDonald's y pedir éste mismo menú que no se extinguirá jamás, sólo que en vez de estar hecho de carne, ahora viene con "sorpresa" y usted debe tratar de adivinar los ingredientes de la masa marrón con la que está hecho.
Ray Kroc era un vendedor de vasos de cartón, el cuál había sido contratado, en 1955, por una empresa que vendía máquinas para hacer batidos de órganos de ratas.
Ray era apodado por sus amigos como "El Mago", por que decían que si se le daba un pedazo de mierda en la mano, el tipo te lo convertía en algo comestible cinco minutos, sin que se sepa de dónde era la precedencia del trozo de comida.
La vida de Ray era difícil, dado que la empresa no le pagaba bien, y muy pocas veces se hacían pedidos de máquinas para entregar, por lo que llegar a fin de semana incluso, era todo un sueño para el empresario.
Pero un día, llegó un pedido simultáneo de ocho máquinas de batidos para rata a la empresa, así que Ray mismo se ofreció a ir en persona a ese desconocido local que tanto dinero tenía para revolear por el aire.
Allí conoció por primera vez y para alegría suya (y desgracia para otros millones de personas en el mundo) al pequeño pero concurrido localcito del que estaba hecho McDonald's en ese entonces.
Ray admitió que quedó sorprendido por la pulcritud del local (cosa que ni borracho puede ver uno hoy en día) y por la rapidez con la que atendían los empleados a los clientes, ya subidos de peso (hoy en día uno debe esperar de 8 a 10 horas para ser atendido), los cuales ya eran víctimas de la conocida enfermedad, ignorada en ese entonces.
Ray no sabía si estaba tomado o no ese día, pero solicitó poder ver a los hermanos, dado que les tenía una interesante oferta por su pequeña franquicia; aunque le había estado hablando a una hamburguesa que cayó al piso, los empleados sintieron lástima por él y lo llevaron lentamente hacia el despacho de los hermanos.
Años más tarde, en 1955, Ray Kroc firmaba un contrato de adquisición con los hermanos Dick y Mac, que según la gente, estaban ebrios al momento de hacer la firma.
Desde el momento en que McDonald's pasó a ser de Ray Kroc, se ha convertido en una de las franquicias más grandes del mundo; la gente no paraba de ir a todo McDonald's que apareciera en el camino, los viajes largos eran ya una mierda, por que la fruta y las verduras habían quedado ya atrás, y la cosa no era perfecta si en la ruta no saltaba un McDonald's de la nada.
La gente había enfermado de grasa y colesterol, pero los bonitos colores y el delicioso pero extraño sabor de la mierda comida de un McDonald's hacía que pasaran inadvertidas las consecuencias de tragarse toda esa porquería; habían rumores sobre una nueva enfermedad, pero eran los '70 y a nadie le importó.
Ya unos cinco años desde su compra, McDonald's entró en grandes y famosas encuestas, llegando al primer puesto en todas y cada una; algunas de estas encuestas eran "¿Cuál le parece que es el mejor lugar para caer intoxicado?" o "¿Qué tipo de comida cree usted que tiene dudosa procedencia?".
En este tipo de encuestas, además de la franquicia ya nombrada, participaban comidas como "Caca", "Marihuana", "la tarta de mi abuela" y otras tantas, e incluso en los lugares de dónde salir intoxicado uno figuraban "Mundo Disney", "Un rancho" o "La plaza de la esquina", pero McDonald's los hizo a un lado a todos con una gran franja de diferencia.
Tanta era la fama de McDonald's que incluso repercutió fuertemente en el mundo de la economía, yéndose sus acciones a la mierda para cualquier comprador interesado; la conocida revista de economía, "The Economist" realizó una entrevista con Ray Kroc para poder ver todo desde su punto de vista:
T.E.: ¿Qué tal, Ray, cómo la llevas?
Ray Kroc: Pues bien adentro, amigo mío. *Ray suelta una risa y le guiña un ojo al notero*
T.E.: Eh...me refiero a tu vida Ray...
Ray Kroc: ¡¡Ah, sí, la vida!!, ¡Jajajaja!, en fin, la llevo muy bien, siempre he dicho que la vida es como las vacas; uno debe tomarlas por las ubres y tirar hasta que ya no sirvan; luego, las conviertes en carne.
T.E.: Oh...sensacional. Y bien Ray, hemos visto que te va estupendamente con la famosa franquicia McDonald's™, de la que todo el mundo habla, ya sea para elogiarla o difamarla, ¿qué piensas de eso?.
Ray Kroc: Pues bien, amigo mío, digo que en el mundo hay gente que disfruta de su vida plenamente y se da siempre una vuelta por uno de mis locales para comer; esa gente sabe lo que quiere y por esa razón, su vida será plena y larga. En cuanto a esos que se encargan de difamar a mi compañía con falsos rumores difundidos sobre que mi comida es mierda de rata, ¡¡pues que se pudran!!
T.E.: Bien explayado, Ray, muy bien explayado.
Ray Kroc: Gracias, alcánzame ese vasito de cartón con Coca-Cola™, por favor.
T.E.: *alcanza el vaso que contiene el logo de "McDonald's™, un menú para cada integrante de tu familia"* Y, dime Ray, ¿qué quieres decirles a esas personas que están hablando sobre una nueva enfermedad que tiene origen en tus locales? Ya sabes, esa que los medios han optado por llamar "McEnfermeda'"?
Ray Kroc: Pues por mí pueden suicidarse. No me interesa lo que digan, dado que el que duerme entre billetes de cien dólares con la cara del sinvergüenza de Benjamín Franklin con la conciencia limpia soy yo, no ellos *suelta una risotada*
T.E.: Bueno, ya sabes que estos rumores sobre la McEnfermedad han sido difundidos a raíz de que dos niños con sobrepeso han muerto de un paro cardíaco en tus locales mientras comían de su Cajita Feliz™.
Ray Kroc: Escucha, ni mi comida ni yo les hemos dado todas esas grasas de más, eso viene de los genes.
T.E.: Pero...según los periódicos locales, los padres de las criaturas estaban bajos de peso, y ese gen venía desde sus tatarabuelos; además, según las fotos de "Antes y Después" que dieron los padres a la prensa, esos niños también estaban bajos de peso hace tan sólo un año...
Ray Kroc: Pura casualidad; la gente celosa piensa que la grasa y las calorías que contienen mis alimentos es tan alta como las acciones de mi compañía, pero esa comparación es sólo una falacia; si yo quisiera, podría nombrar solo diez productos que tal vez esos niños comieron sin parar para poder ganarse ese peso, de los cuales mi franquicia está apartada.
T.E.: Es que ,ya sabes, murieron en un McDonald's™ comiendo lo que siempre pedían, incluso hay fotos de las colecciones de juguetes Cajita Feliz™ completas en sus habitaciones, muestra clara de que frecuentaban McDonald's™ diariamente.
Ray Kroc: ¡¡Eso es una estupidez, y yo mismo lo digo!! Estoy muy seguro de que los padres de esos niños optaron por llevarlos una y otra vez a mis locales para poder hacerlos comer hasta morir atragantados, ¡¡para así poder jugarme un juicio de puta madre como el que me estoy tragando en este momento!!.
T.E.: Bueno, es que según las autopsias de los jóvenes...
Ray Kroc: ¡¡Autopsias y una mierda, te vas de mi despacho, que tengo que cumplir con asuntos legales contra dos pares de padres negligentes!!
T.E.: Pero, Señor Kroc...
Ray Kroc: ¡¡Vete!! *le arroja un Big Mac*.
Así terminó la entrevista a Ray Kroc; el entrevistador informó también que antes de ser echado del despacho, Ray le dio una cuponera con descuentos en los combos de McDonald's, que iban en aumento.
Se supo también que los padres de los niños fallecidos por sobrepeso, víctimas de la McEnfermedad o como mierda quieran llamarla los medios, perdieron los juicios, fallando el juez y el jurado a favor de McDonald's Company.
Una semana después del juicio, el juez se compró una lancha y el jurado se fue a Las Vegas.
Toda catástrofe tiene un comienzo, incluso esta; la víctima se presenta en la mayoría de las ocasiones, como una persona de buen comer (o buen comer comparado con la mierda ésta), bajo de peso o con peso ideal y nada propenso a enfermedades de sobre peso.
Imagine que usted sale al borde de la inanición del trabajo, y el dinero que trae encima no llega ni a un sándwich de esos que venden los pordioseros.
Camina sin rumbo por la calle, cuando de repente, un cartel salvaje aparece: Es una lona de color rojo carmesí, en la cual aparece una suculenta hamburguesa de primer mundo, adornada con el más suave pan jamás creado, el cuál ha sido retocado con las más puras semillas de sésamo que logren surcar su paladar, acompañada de unas papas fritas que tan sólo verlas, desprenden un delicioso aroma a fritura limpia.
Para broche de oro, junto a estos deliciosos comestibles de la élite gastronómica, un gran vaso de cartón helado, tan alto que casi llega a la más larga de las papas fritas; el vaso está lleno a rebosar de cubos de hielo perfectamente asimétricos,y la bebida más famosa del mundo los inunda: la Coca-Cola.
Por supuesto, si usted ha sobrevivido a éste cartel y ha pasado de largo, o el dinero no le alcanzaba ni para comprar cartón, ha hecho lo correcto: no entrar al pozo de perdición y alejarse lo más que pueda. Sin embargo, la McEnfermedad ha sido catalogada por los científicos como "Enfermedad Inteligente".
Eso quiere decir que luego de no caer en la trampa del local, no crea que está a salvo. La imagen de photoshopeada perfección lo seguirá hasta que usted sucumba ante la tentación y vea de qué mierda va todo ésto, o hasta que enloquezca y se decante por un Burger King.
La Fase Uno ha iniciado.
"Bienvenido, cliente, usted ha ingresado en McDonaldLandia, un mundo en donde el racismo y la discriminación no existen, por que para nosotros, la gente obesa no tiene peso por su color, ni mucho menos por su grasa".
Ese es el eslogan que utilizan las organizaciones en contra de McDonald's para impedir que cada vez más gente se sume a la movida de hacerse gorda, olorosa y en casos extremos, inútil por el escaso movimiento que producen.
Eso sí, de los pedos ni hablar. En el primer paso de ésta horrenda enfermedad, tenemos al sujeto A, llamado "Juanito".
Juanito es un niño como otro cualquiera, deseoso de practicar deportes, al alcance de mucha ropa que le queda perfectamente y con una óptima alimentación. Al finalizar la explicación de las fases de la McEnfermedad, verán un diagrama de la evolución de Juanito.
Sin embargo, un mediodía salió temprano del colegio y sus amigos, ya infectados con la enfermedad en una fase temprana, le sugirieron que los acompañara a un McDonald's.
Juanito aceptó, pensando en no ordenar nada, dado que él sabía perfectamente que en su casa lo esperaba el delicioso almuerzo hecho por su abuela (los padres trabajaban); pero los acompañó de todos modos.
Al llegar en frente del McDonald's de la cuadra, a Juanito le llamó demasiado la atención la mezcla de colores del local; se trata, por supuesto, de un truco psicológico de la franquicia, hecho para atacar al subconsciente de los clientes.
Los psicólogos nos informaron que el truco consiste en juntar dos colores primarios, en este caso, el rojo y el amarillo, e introducirlos también en el local; esto hace que la clientela que no pide para llevar y se queda comiendo en las anti-higiénicas mesas, coma su pseudo-comida mucho más rápido de lo que lo haría normalmente, por lo cuál, el truco del local es "Comprar rápido- comer rápido- ceder lugar- salir".
Aunque a veces el ciclo varía, pero está clínicamente comprobado que esto es verdad. Lo que atacó a los sentidos gastronómicos de Juanito al entrar al local luego de apreciar los colores por todas partes, fue el olor de la comida de McDonald's: una mezcla de fritura (que en invierno pega bien fuerte), medallones de carne asados ligeramente, helado y sudor de gente que pasa ahí 23 horas diarias.
La McEnfermedad ya ha depositado sus primeras bacterias en el niño.
Por supuesto, Juanito no ordenó nada ese día y sólo se limitó a ver cómo sus amigos, ya en la fase cuatro de la enfermedad, devoraban sin compasión toda la mierda por la que pagaron.
Está en la naturaleza del infectado el no convidar ni una línea de pan duro de hamburguesa a nadie, por lo que no le ofrecieron nada a Juanito.
Al llegar a su casa, su abuela le ofreció una lasagna deliciosa, de esas que vienen retratadas en los envases de pasta a los que uno cree inalcanzables, pero que sólo las abuelas pueden crear a imagen y semejanza.
Juanito come copiosamente hasta llegar al cuarto bocado; ahí, sin saber él por qué razón, se le viene a la cabeza la imagen de sus amigos comiendo como cerdos esa deliciosa comida (descrita así por los enfermos), sin siquiera convidar un poco.
Comienza a preguntarse por qué no ordenó algo en aquél momento, dejando de lado involuntariamente a la comida de verdad que tiene en su plato.
Luego de casi toda una semana rechazando alimentos de primerísimo mundo o incluso dejando sobras, Juanito decide ir al McDonald's la próxima vez que lo inviten sus amigos.
Al pasar dos semanas y media después de hacer éste pacto personal, dos de sus compañeros lo invitan a la salida del colegio al local, para planear una salida o hacer la tarea, típicas excusas de los infectados para poder reunirse allí a toda costa.
Juanito se suma al grupo, pero dándose cuenta de que uno de sus amigos no está presente. Le preguntó a los demás, y le contestaron que al niño tuvieron que internarlo por un principio de infarto que tuvo hacía unos días mientras devoraba su McMerienda con papas incluidas.
Al oír esto, Juanito dudó, pero se armó de valor, que la verdad para qué mierda tomaba valor, nadie lo sabe, y ordenó el primer McMenú de lo que sería una interminable lista llena de colesterol.
Al sentarse todos en la sucia mesa, Juanito esperó para abrir su pseudocomida y se puso a observar el comportamiento de los demás: al parecer, todos comían como cerdos en chiquero, sin siquiera soltar una papa, incluso pasaban la lengua por la mesa para limpiar las mierdas salsas especiales que les chorreaban de la seca hamburguesa.
Esto dio asco al niño, pero se hizo un pacto a sí mismo, y los pactos se cumplen, se lo hagas a tu perro o al demonio; Juanito dio un sólo mordisco a la mierda que tenía en la mano, y se perdió profundamente.
Desde ese entonces, comenzó la Fase Cuatro, que se presenta cuando un recientemente infectado va sin parar a todo local cuanto encuentre y comience a experimentar con los menúes más baratos, degustando toda esa cagada como si fuese un catador de vinos finos.
La comida casera comienza a ser eliminada del menú del infectado, siendo la comparación para las McMierdas.
Ya a los tres meses y medio de haber probado la McMierda, la enfermedad comienza a hacer estragos en Juanito, como sumarle los primeros rollos a su antes delgado cuerpo, comenzar a sudar antes de la edad deseada, y cansarse demasiado en deportes que antes hacía con los ojos cerrados.
Sin embargo, a pesar de tener pruebas tan obvias de que la McEnfermedad y McDonald's le están cagando la salud y por consiguiente la vida a uno, la persona infectada es incapaz de enojarse de verdad con la franquicia, y sólo la difama en presencia de alguien sano, o de alguna persona que comenta su peso.
La fase de McManíatico es también llamada la "Fase del Cerdo", porque que la persona que la porta, es capaz de lamer hasta el mugriento piso del local por el cual cayó su Salsa César.
Es la típica fase en la que incluso te comes las papas heladas, sabiendo que caerán como piedras en tu estómago y posiblemente te provoquen una vomitada memorable. Sin embargo, al llegar a esta fase, los infectados suelen recrear en sí mismos un intento de dieta, la cual rompen pasándose por un McDonald's.
En este tipo de fase, el infectado que recurre a la caja de un McDonald's para ordenar, suele decirle a la cajera que le de toneladas de condimentos que nunca utilizará.
Aquí un ejemplo breve de conversación entre cajera de McDonald's y un infectado en Fase Cinco:
Empleada: Buenas tardes, ¿Qué va a ordenar?
Persona Infectada: Quiero un Angus Bacon™, con papas grandes, bien doradas, recién salidas de la freidora para que sean crujientes por fuera pero suaves por dentro.
Empleada: ...Eh...bueno, ¿para beber?
P.I.: Que sea una Coca-Cola™ grande con cubitos cuadrados,que no sean cuadrados, porque por algo le decimos cubitos; que esté bien fría y refrescante tal y como lo difunden las publicidades, ¡Ah, que sea Light, que estoy haciendo dieta!.
Empleada: Bueno, entonces tenemos un combo Angus Bacon™, papas grandes y Coca-Cola Light™. Eso sería...hmm, deme un billete de 100 y con eso ya está pago el combo.
P.I.: ¿Qué, volvió a aumentar?, ¡¡Son tremendos, no vuelvo más!!, esta es la última vez que piso un McDonald's™ si no bajan los precios. Ah, señora, mire las papas que acaba de sacar el muchacho de la freidora, ¿vio? bueno, esas son las que quiero, de otra forma van a saber a cuero frío y duro.
Empleada: Bueno, hágase a un costado y espere su orden que ya se lo entregamos.
P.I.: Sí, gracias, ¡que sea Light la Coca, eh!
*dos horas y trece minutos después*
Empleada: ¡¡Combo Angus, papas grandes y Coca Light!!
P.I.: ¡¡YO, YO FUI EL QUE PIDIÓ ESO!!, ¡¡SALGAN DE MI CAMINO!!
Empleada: Bueno, venga a retirar su orden que ya está lista.
P.I.: Gracias, eh, ¿tiene condimentos?
Empleada: Sí, ahora le paso algunos.
P.I.: Que sea más Ketchup que mostaza, porque la mostaza me engorda y estoy haciendo dieta ahora, ¡Ah, deme también Salsa César!.
Empleada: Pero señor, la Salsa César es exclusiva para las McEnsaladas.
P.I.:Por favor, usted es cajera, ¿no ve que mi Angus Bacon tiene partes de verduras?, ¡¡DEME MI SALSA O LE ARMO UN LÍO, LLAMEN AL GERENTE, LLAMENLOOOOOOAFPOFEJQADNFIKJF!!
Entrenador: Mejor dale lo que te está pidiendo, que los clientes están esperando hace horas.
Finalmente, la cajera entregó sus tres paquetitos de Salsa César al infectado cliente en avanzada Fase Cinco. Observe lo persuasivos que son al solicitar los condimentos, y la manera en que defienden a su inexistente dieta.
También es digno de observación el modo que tienen de tratar a su comida, y la perfecta simetría con la que hablan de los alimentos de McMierda. Los científicos han optado por llamar a la Fase Cinco: El Decline.
La ante última fase, obviamente es una de las peores, dado que el infectado ya consume poco y nada de la comida de verdad, y se la pasa en McMierda tanto tiempo, que ya se conoce el nombre de los cajeros, la gente que limpia, los parrilleros y el guardia de seguridad incluido.
Cabe destacar que cuando la persona enferma ingresa en ésta fase, ya es imposible volver atrás; anteriormente, el máximo esfuerzo que solían hacer los padres, de la mano de un médico, era embutir al infectado toneladas y toneladas de ensaladas ricas en sodio y vitaminas, pero hace no muchos años, la maligna cadena de comida rápida sacó su propia línea de ensaladas falsas.
Desde ese entonces, los infectados defienden más que nunca su inexistente dieta, diciendo que se están cuidando mientras engullen su McEnsalada con Salsa César de 10.000 calorías.
Las personas en Fase Seis suelen despertarse a la hora del desayuno e ir corriendo hacia cualquier McMierda para reclamar su café gratis, su Bagel con mermelada y queso, y alguna que otra factura seca de la semana anterior.
Difieren los casos sobre los pedidos, dado que ésta mierda de franquicia tiene como treinta combos diferentes, pero por lo demás es el mismo comportamiento.
Muy pocos infectados (aquellos que se acercan a la Fase Siete) se quedan sentados luego de comer, esperando a las 11:00 hs., horario en que se deja de servir desayuno y se abren las cajas para pedir el almuerzo, que curiosamente es la misma porquería que la cena.
Los recientes Fase Seis suelen retirarse luego de ingerir el McDesayuno y vuelven a sus casas, se acuestan en sus vencidas camas y miran el techo esperando a la hora del McAlmuerzo para regresar, si es que les dan las piernas.
Juanito, por su parte, ya no ingiere nada de lo que le ofrece su abuela, quién le ha comentado el problema a los padres, quienes a su vez buscan a un nutricionista.
Muy rara vez, un infectado en ésta fase regresa luego de la merienda a su casa, aunque hoy en día es un poco normal el verlos volver a su casa con el estómago hinchado de tanta mierda.
La última fase definitivamente es la peor. En fin, luego perder tres amigos por enfermedades que van desde la intoxicación hasta los infartos adolescentes, Juanito está ya irreconocible.
Sus padres, desesperados, trataron de buscarle un buen nutricionista, pero el niño se salía con la suya siempre al escaparse a un McDonald's (porque los hay en cada esquina) y comerse todo lo que le daba su dinero.
La Fase Siete es la aceptación definitiva de la McEnfermedad por parte del paciente, y en grado ínfimo, por parte de los que lo rodean. A ésta altura, la persona infectada ya se sabe todos los nombres de los combos habidos y por haber, es capaz de reordenarlos alfabéticamente y de distinguir incluso el sabor de cada uno.
Obviamente para una persona sana el sabor de esa comida es la misma mierda pero con distinto color, pero un Fase Siete ve esto como un platillo gastronómico de alto nivel; querrá festejar también todos sus cumpleaños en McDonald's sin importar la edad ni su raza.
Su habitación, desocupada ahora, tendrá todas las colecciones completas de las cajitas felices, hasta las de los personajes que no le gustan o de los que nunca en su puta vida vio la serie, incluso esos que son una cagada porque los juguetes no hacen nada, y también abundarán los stickers que vienen acompañados del combo ya mencionado.
Recitará de memoria las publicidades engañosas, e incluso alabará el gran tamaño de las hamburguesas, prueba irrefutable de que su cerebro se fue al tacho.
No comerá nada que no provenga de McDonald's, excusándose con las ensaladas y la fruta que dan de postre; ya no será posible salvar al infectado, dado que la McEnfermedad ocupa ya todo su cuerpo en profundidad, y ha atraído al sobre peso y a la gordítis grave.
Hace unos años, un doctor importante llamado Aitor Tilla quiso saber todo respecto al origen de la McEnfermedad, y ni bien colaboró con la descripción de las Fases (en realidad eso lo hice yo), se puso a investigar sobre la forma de ver el mundo de la gente infectada.
Quería saber cómo la gente que va desde la Fase Dos a la Siete tiene en frente un pedazo de mierda y no sabe distinguirlo de un buen guiso de lentejas; para ésto, tomó notas de opiniones de gente a la que consultó en la calle y otra gente que le habló desde los McDonald's.
Luego, en base a los dos resultados, elaboró una lista de todos los combos de McDonald's y les adjuntó la descripción de la gente a la que entrevistó, tantos sanos como enfermos. Aquí se mostrará la lista.
Como se mencionó en la foto de una campaña más arriba, el "adorable" payasito con los colores de la insignia no había visto la luz en el año 1955, sino que salió al mundo en 1959, en un programa de radio.
Un hombre llamado Wiyard Escott, daba las noticias trágicas del mundo con la voz del payaso, cosa que no era una buena idea, dado que al oír esa voz infantil y chillona, los niños corrían a enterarse de las noticias, quedando traumatizados después.
En 1963 Wiyard dejó la radio para encarnar al Payaso en tres publicidades, dos de las cuales causaron múltiples ataques de epilepsia en niños, por la temprana exposición a la radiación televisiva y los colores que usaba el payaso, mortales en esa época.
De todas maneras, el éxito cosechado por el ser con forma de humano pintado fue grande, por lo que de cabeza se convirtió en la mascota animal de la industria McDonald's.
La reacción fue múltiple: tanto los niños, los adultos y los abuelos (aquellos que vivían hasta los 150 años por no haber comido esa mierda) amaron al payasito, el cual siempre estaba en la puerta de los locales, listo para recibirlos con una amplia sonrisa (más tarde descubriríamos la falsedad de esta sonrisa).
Las ventas aumentaron de repente, y la Cajita Feliz se vendía como pan caliente; más tarde, Ronald llegó con sus amigos: El Alcalde McCheese, El Ladrón de las Hamburguesas (¡Se roba las hamburguesas!), Birdie, la pájara madrugadora (para que no la hagan McNuggets) y los Chicos Frituras, hijos de las papas.
En los primeros años, la gente que ya frecuentaba McDonald's aumentó sus visitas, sólo para ver al actor que interpretaba al payaso, bailando alrededor de las mesas y lanzando papas fritas al aire a modo de confeti.
Sin embargo, décadas después de descubierta la McEnfermedad y albergar a más de 2.500.000 infartos, los médicos y las organizaciones naturales obligaron a Ronald a invertir en los dibujos de las Cajitas Felices y poner fotos suyas haciendo deporte.
El payaso se negó rotundamente, dado que una persona sí puede correr y fumar a la vez, pero no se puede correr mientras se está comiendo un Angus Deluxe.
De todas maneras, luego de 1500 denuncias y una demanda de diez kilómetros, el payaso tuvo que ceder.
Por esa razón, ahora en las Cajitas Felices aparece Ronald corriendo o haciendo deportes con muchos niños rubios y sanos y un negro en medio de ellos, por compromiso; los encargados de los locales pegaron imágenes tamaño dinosaurio en las salas de juegos, en las cuales se podía ver a Ronald haciendo deportes en distintas posiciones.
Pero, ¿ha funcionado esto? sólo quien haya pasado por un McDonald's y esté sano puede notar la diferencia...
En general, la aceptación de su nuevo sobrepeso y el seguir comiendo como cerdo de esa mierda no hace que un McEnfermo se detenga ahí mismo.
Hubo, hay todavía y habrá casos de gente que sobrepasó la locura y literalmente se convirtieron en esbirros de McDonald's.
Esta gente sólo vive para rendir culto a su adorada compañía fabrica-mierdas, y ya no están al alcance de ningún psíquico o psicólogo que los pueda ayudar, pues son reacios a abrir sus mentes y escuchar a otra persona (cuerda generalmente) o incluso a comer sano.
Suelen ser hombres muy grandes, a los cuales la grasa y mierda que llevan años comiendo sólo se les acumuló en el estómago, haciendo que brazos y piernas parezcan fuertes cuando no es así.
Están dispuestos a matar por la comida de McDonald's e incluso si llegan a oír a alguien difamando una sola papa frita, son capaces de sacarlo del local al estilo borracho.
También es común de ellos el llevar siempre algo que los identifique como "McDonald's Lover" sobre su cuerpo, incluso existen los que llegaron a hacerse tatuajes.
Comen y defecan McDonald's y en su vida creyeron en la palabra "Deporte", tal es la razón de que cuando les dan su Cajita Feliz, simplemente tapan la parte en la que Ronald juega con los niños y comen sin verla.
Su forma de conquistar a una Dama McDonald's es la de acercarse y tomar su orden por ella, sin dejar que pague un centavo, o incluso se vieron casos en los que los machos toman una larga papa frita por el extremo y miran a la hembra escogida, esperando a que ella se acerque y comience a comer la papa por el extremo contrario.
Solía presentarse como una mujer un poco rellenita, pero no se dejaba vencer y fácilmente podía bajar de peso, pero conoció a McDonald's.
Este prototipo sólo se la pasa comiendo y comprando productos anti-granos, sólo para proteger su rostro, dado que esa es la única parte de su cuerpo que le rinde para hallar a su par McDonaldiano.
En vez de detenerse y comenzar rigurosos tratamientos para bajar de paso, la hembra de esta especie frecuenta tantas veces McDonald's que ya al oír sus pasos las cocinas del local tiemblan.
A diferencia del macho, ella suele compartir la comida que tiene, que sólo es McDonald's, a otra persona, siempre y cuando sea de la misma especie, sino, no suelta migaja alguna.
Su forma de seducir al macho es sentarse en alguna mesa de ocho sillas (cuatro enfrentadas entre sí) y ocupar la mitad, dejando la otra libre.
Luego comienza a engullir su combo con una lentitud nada propia de ella, esperando a que el macho se canse de mirar y se acerque con su bandeja llena de McMierda a preguntar por los espacios libres.
Se trata de una especie de gente que suele movilizarse de un McDonald's a otro en auto.
Vaya a saber uno cómo mierda lograron subirse al auto en primera instancia, y cómo no se les funde el vehículo por el peso mismo, pero en fin.
Este tipo de personas no se levanta del auto por nada, y simplemente dejan un hoyo debajo del asiento del conductor (los demás están tapados por la grasa) para que caigan los desperdicios y se los lleve puestos algún infeliz.
Son fanáticos del AutoMac y adoran las estaciones de pasar por cada ventanilla hasta el final feliz, que es cuando retiran su comida de mierda en una bolsa del mismo color.
Si le es posible a alguien el poder ver dentro de sus autos, estará lleno de bolsas para llevar todas arrugadas y manchadas, incluyendo los envases y las cajas de los combos, las papas fritas y las Coca-Colas que se bebió.
No suelen tener una danza del apareamiento específica ni nada parecido, dado que prácticamente no bajan del coche, por lo tanto, se podría decir que el vehículo es su amante.
Llegando al último de los casos más impresionantes de McEnfermedad, tenemos a la McEnferma con Ceguera.
Básicamente, se trata de una o más mujeres que padecen la enfermedad al extremo y no se dan cuenta de que ningún bikini de ningún tipo les va a ir bien.
Su especialidad es atacar a la vista de quien las vea mientras se pasean comiendo un cono de helado (de McDonald's por supuesto) por las playas.
Increíblemente son las más queridas por los doctores, dado que la visión de éstas mujeres paseando con total impunidad por ahí hace que los infantes sientan arcadas y rueguen a sus padres el jamás ser así.
La forma de atraer a su presa, es sentarse sobre la arena con un combo cerca y pedirle al primer McEnfermo macho que pase si es que le puede untar un poco de mayonesa sobre la espalda y las piernas para protegerse del Sol.
La versión masculina de esta especie es totalmente igual, sólo que con zunga de playa (roja de preferencia) y con muchos más pelos en el cuerpo.
Como se dijo antes, o se escribió, lo que mierda sea, la McEnfermedad es inteligente tanto en la forma de atrapar a los incautos, como la forma en la que los retiene.
Hasta el momento no se sabe si hay cura, dado que es difícil sacar a la gente de su rutina diaria de comer porquería sin parar.
Para hallar una cura lógica, habría que cerrar todos los McDonald's, quitar sus publicidades, borrar los colores Rojo y Amarillo de las paletas y sus similares, y por último, luego de la quema de objetos y sobras, realizar un lavaje de cerebro a los enfermos para quitarles los mensajes subliminales del mismo.
Obviamente que hacer esto es imposible, dado que McDonald's existe incluso en la política, lo que le da poder, así que mejor dejar todo como está, que va bastante bien.
Hay muchas maneras de saberlo, pero como nadie va a un médico por flojera, aquí les traemos unas simples oraciones que lo harán darse cuenta de cómo va de salud (conforme a la McEnfermedad):
Son en total 20 oraciones propuestas; si usted se ha identificado con cinco de ellas, está entrando en Fase de la Uno a la Tres.
Si se ha identificado con diez, está usted en la Fase Cuatro. Si fueron quince o más, ¡¡Felicidades!! se ha graduado como un McEnfermo, consulte a su médico de cabecera para más información.
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