De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
De la serie tribus urbanas del mundo: | |||
Aquél | |||
| |||
Hábitat | Las calles de grandes ciudades y uno que otro lugarcillo. | ||
---|---|---|---|
Inteligencia | Nula, son zombies. | ||
Frase favorita | ... | ||
¿Peligroso? | En potencia. Moléstalos en su deber y a ver si sales vivo/a. | ||
Obsesión | Hacer bulto. Observarnos y conocer nuestras costumbres. | ||
Notas | Nunca sabrás quiénes son y ni te importará saberlo. |
«Siii, aquél que estaba detrás del otro, en ese lugar, por allá...»
~ Alguien refiriéndose a un aquél
«.....»
~ Un Aquel Diciendo algo
«Hey mira a Aquel de aquel lugar que mira a aquel de aquel otro lugar»
~ Alguien Diciendole al otro alguien que mire a un aquel
«Por el poder de greyskull!!!!!»
~ Otro alguien Tratando de luchar con un aquel
«Aquel es un hijo de perra»
~ hechos sobre un aquel
Aquél es todo ser de forma inexacta que se distingue por que a nadie le interesa su existencia. Se le llama aquél a todo tío que te encuentras por ahí y que simplemente se ve de lo más común y corriente. Usualmente, sólo sabemos de ellos cuando cruzan nuestra vista. Momentos más tarde, suelen ser desechados de nuestra mente como un truño en el váter.
Su característica principal (que les da el nombre de "aquellos") es que no presentan características obvias de pertenecer a cualquier otra tribu urbana. Por ejemplo, digamos que vas por la calle y te encuentras a un flaite asaltando o peleandose con otra persona. Normalmente, harás referencia de dicho sujeto como "el flaite ese" o simplemente "el flaite". Imaginemos que en los caminos del Señor tienes la desgracia de toparte con un pegatina. Si no conoces su nombre, o no te interesa, te referirás a él como "el pegatina ese" o simplemente "puto". Es así que llegamos a las personas que no sabes cómo referírteles. A ese tipo de personas se les atribuye comúnmente el "aquél", así como "él" o también "ese".
Los orígenes de los aquellos se remonta a los inicios de las grandes civilizaciones, donde a la gente ya no le importaba la vida de las personas que abundaban en las calles. Caso inexistente en pequeños pueblos, donde, por la mínima población, todos parecen gays conocerse. Cuando a la gente simplemente dejó de interesarle las demás personas, nacieron con orgullo los aquellos.
Otras teorías afirman que en realidad, los aquellos vienen de Marte. Se dice que en realidad son cyborgs programados para abundar entre la polbación humana, para así conocer más nuestras costumbres o para poder recolectar material pornográfico que les hace mucha falta a los pobres marcianos. En caso de que la pornografía no les bastase, se piensa que usarán la información obtenida de los aquellos para una invasión a gran escala. Esto, se recalca, es mera especulación y no ha sido comprobado.
Otra muy sensata teoría es que los aquellos son zombies que han renacido por obra y soya de Diox. Esta toría afirma que el plan del clon maligno de Dios es hacer un ejército cada vez más grande de zombies aquellos para así adjuntarlos a la gran guerra cibercristiana-pastafari y obtener una inesperada victoria sobre Cyberjesús y su archienemigo, el Monstruo Espaguetti Volador.
Una muy descabellada teoría (la más absurda de todas) dice que los aquellos son, simplemente, gente normal que no busca pertenecer a algún grupo social o tribu urbana, sino que sólo le interesa vivir su vida tranquilamente. ¿Lo ven? Descabellado...
Los aquellos se caracterizan simplemente por la falta de características llamativas o propias de algún grupo social. Suelen ser gente "normal" que te puedes encontrar por ahí. Aún así, se han recopilado algunas características que todo aquél posee. Éstas son pura mierda:
Ya sea que los aquellos sean zombies reencarnados de Diox para formar un ejército, como que fuesen cyborgs creados por los marcianos para conseguir porno, una cosa es segura; los aquellos son creados en alguna fábrica del mal, quizá creada por Willy Wonka. Nótese que dichas fábricas no tienen nada que ver con las fábricas de desnudistas que abundan en el cielo prometido por el Monstruo Espaguetti Volador, al que los fieles pastafaris irán al morir.
Gracias a éste descubrimiento, hoy sabemos que se cometió un error fatal en los países de oriente. Supuestamente, los aquellos son realizados cada uno distinto del otro para que nadie sospeche de que son creados en fábricas. Pero cuando el proyecto:Oriente se estaba llevando a cabo, algún gilipollas decidió hacer a todas las aquellas (género femenino) en serie. El tontín acabo distribuyendo sólo cinco distintas series de aquellas. Es por eso que las mujeres orientales parecen ser todas las mismas.
Ya sea que a nadie le interesó, o que Diox o los marcianos (según sea) no lo hayan notado, nadie reparó en semejante error. Ésto sigue consternando a la gente haciéndoles preguntarse el porqué de semejantes similitudes.
Los aquellos son fácilemte reconocidos por que no son en lo absoluto interesantes. Suelen ser personas normales, obviamente no como tu o yo, por supuesto. Tienden a nunca estar solos, al parecer por que serían desintegrados o quizá Diox o los marcianos (según sea lo verdadero) los amenaza con que serían devorados por Vin Diesel como si fuesen deliciosos niños a la plancha.
Uno nunca puede pasar un día sin ver a un espécimen de aquél. Claro, a menos que uno mismo esté completamente encarnado al hogar y no pueda abandonarlo, ni por ir a la esquina por un paquete de tabaco. Usualmente, las manadas de gente que abundan en las calles son concetraciones numerosas de aquellos y normalmente son inofensivos, a menos que sean perturbados de una u otra manera. En cuyo caso, cada uno de los aquellos que circunden por el lugar te perseguirán para matarte a base de pellizcos y mordidas. Ellos en realidad te quieren para estudiarte la pija y el corazn, asi que si te miran con su miirada sospechosa ya sabes que ese es un aquel
Tribus Urbanas | ||||
---|---|---|---|---|
Universales
Españolas
Argentinas
Mexicanas
Peruanas
|
Personalidades Abstractas |
---|
Yo · Tú · Él
Otros · Aquel · Cualquiera · Alguien · Nadie · Todo el mundo · Uno que pasaba por allí |
Autor(es):