Guerras Carlistas

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De la serie conflictos armados:
Guerras Carlistas
Guerra Carlista.jpg
Así acababan antes los botellones...
Lugar y fecha España, 1833 - 1840 (1ª) 1846 - 1849 (2ª) 1872 - 1876 (3ª)
Bandos Carlistas Cristinos e Isabelinos
Fuerzas Banderacarlista.png
Carlistas
Banderarara.gif
El resto de España
Comandantes Banderacarlista.png Tomás de Zumalacárregui
Banderacarlista.png Carlos Saul Menem
Banderacarlista.png Carlos Jesús
Banderacarlista.png Carlos Fabra
Bandera España Monarquica.gif Francisco Espoz y Mina
Bandera España Monarquica.gif Baldomero Espartero
Bandera España Monarquica.gif Rafael Ceballos Escalera
Bandera España Monarquica.gif Luis Fernandez de Córdoba
Armas Banderacarlista.png Boinas enormes Bandera España Monarquica.gif Reina consorte con guantes de boxeo
Bajas Banderacarlista.png Soldados
muertos: 19.000 campesinos con boina
heridos: 1 general patoso
desaparecidos: 800 (todos en el Metro de Madriz)
Bandera España Monarquica.gif Soldados
muertos: Sopotocientos mil
heridos: En la cola de la Seguridad Social
desaparecidos: 0
Resultado Carlos 0-3 Cristina
Carlos María Isidro de Borbón; a.k.a Carlos V

Conjunto de guerras civiles llevadas a cabo en todo el sijlo XIX en toda España (sobre todo por Euskadi y Cataluña). El origen de las contiendas fue, en primer lugar, que la Reina Consorte quería darle un reino a Isabelota II, su hija. Carlos María Isidro de Borbón (vaya nombres se gastaban) tenía lo que se conoce como "mono de trono", ya que le correspondía por obra de Dios la herencia del reinado de España (para luego tratar convertirla en Espiña). Como Fernando VII no había tenido cojones descendencia masculina, se tenía que jorobar un poco y conformarse con ser infante.

También está el factor obrero, que se daría en la Segunda Guerra Carlista ,de la cual hablaremos más adelante. Éstos eran más vagos que... querían sus derechos y hubo muchos robos llevados a cabo por bandoleros catalanes, que eran proletarios furiosos con un trabuco en la mano. Esta guerra se llevó a cabo en Cataluña, y en ese periodo se escribió un boceto sobre el Estatut.

En la Tercera (y no menos importante) Guerra Carlista, billones de carleras se situaban con sus francotiradores en las montañas vascas esperando a que pasaran por ahí Amadeo I o Alfonso XII. Como esto era más bien poco probable, se dedicaban a matar y/o violar gallinas.

Contenido

Bandos

Bien, en las tres guerras siempre hubo dos bandos definidos: los carlistas y los isabelinos y cristinos (liberales) y más tarde el resto de los españoles.

Carlistas

Bueno, estos eran los causantes de los tres conflictos. Fueron reclutados por Carlos V y Karl Marx a partes iguales, porque creían que todo aquel que se llamase Carlos podía gobernar en España, por lo que la mayoría de alistados fueron ,en gran mayoría, gente llamada Carlos aumentando el número de civiles llamados Juan o Pepe.

Los del bando carlista eran, por lo general, campesinos con mucho tiempo libre, ya con su barriguilla. Ataviados con su ropa de labor agrícola, ocultaban su pelo/calva con una extensa boina de colores generalmente rojos, aunque los generales solían llevarlas blancas porque así era más dificil apuntarles a la cabeza. Solían ser vascos, navarros o catalanes. Algunos estudiosos del tema creen que el "Comando Patxi-Carlititxi", en la Primera Guerra Carlista, fundó el movimiento obrero-solidario ETA tomando unos pintxos.

El resto de España o Liberales

No confundir con: Libegal

Pues sí, en esta época o bien eras carlista o eras un español más. El título viene a cuento por que en cada momento se llaman de una forma: primero cristinos, luego isabelinos y luego, con la llegada del reinado de Amadeo, de la Primera República Española y de Alfonso XII hubo diferentes nombres (todos, a lo mejor, demasiado liosos). Así que para no liarnos diremos liberales y ya está, no hay porqué darle más vueltas.

Los liberales eran el equivalente a una especie de monárquicos-socialistas modernos-centristas de la actualidad ibérica. No tenían muy buena fama, y con la llegada de la Primera Repu, muchos en plan chaquetero se fueron con los carlistóides.

Primera Guerra Carlista

Como dijimos antes, Carlitos quería heredar de forma absoluta España para prohibir la Zarzuela bajo pena de garrote vil. Él ya estaba haciendo planes típicos monárquicos: qué nombre ponerle a su yate, de que color pintar las paredes de los pasillos...todas esas cosas que hacen los reyes. El caso es que no le dejan porque tenía que hacer nosequé de un papeleo del ayuntamiento. Se refugia en Portugal desde donde se pone a escribir manifiestos bajo el sobrenombre de Marianico el Corto, que fueron titulados como "Chistes 1", "Chistes 2" etc, que consiguieron engañar a la censura. Estos calan hondamente en el pueblo llano, que se une a su causa para intentar conseguir el trono español. Al Carleras se le fue el chollo luso-refugístico al guano debido a que se llevó las toallas de un hotel (ahí es delito). El 24 de octubre de 1833 es proclamada reina Isa II. Como no cabían más en el trono (cosas de los michelines), "Carcarlos" decide coronarse como Carlos V de España en otro sillón aparte.

La guerra

En la defensa de Bilbao no fueron necesarias armas de fuego.

El caso es que Carliños llega de Portugal a Inglaterra y el gobierno español le ofrece un renta anual de 30.000 libras por no volver a contar chistes de Arévalo ni volver a España nunca más. Con dos cojones valentía y arrojo cruza Francia y se presenta en España. Carlos monta conferencias allí y allá, con Karl Marx como invitado especial. Su principal idea era que todos los que se llamasen Carlos podrían gobernar (o al menos conseguir un carguillo en el ayuntamiento como limpiabotas). Al movimiento se le une Tomás de Zumalagarr...zalacele...como sea. Pese a no llamarse Carlos, Zuma se gana la confianza de los carlistas. Se encarga del ejército, armando a sus tropas con rifles que disparaban supositorios "Rovi". La victoria de los ejércitos carlistas es tal que los liberales (los que apoyaban a Isabel, coño) planean una contra-ofensiva eficaz. Esta consistía en llevar a Don Espartero, uno de los comandantes liberales, en plan "tour" por todo el norte de la península con su caballo sin pantalones. Para el que no haya estado en Madriz que no lo sepa, el caballo del Espartero gastaba unas castañas como dos sandías. Las tropas carlistas, ante tal evento, se desploman (moralmente hablando) y huyen a la desbandada.

¿Zumalacárregui?

Zumalacárregui intenta coger unos días de fiesta y así empalmar con el puente para irse a Torrevieja con la mujer y los niños. Pero en esas, Carlos le ordena hacer horas extra: conquistar Bilbado nada más ni nada menos. Así Zuma parte hacia la gran ciudad vasca con 15.000 Spetsnaz ataviados con anchas y rojas boinas. Los defensores eran tres; se llamaban Patxi, Txus y Joseba. Pese a la desigualdad numérica, esos tres vascuences habían heredado una fuerza mítica de sus antecesores que les permitía arrojar objetos de más de 14 toneladas. En una de sus arengas a las tropas carlistas, Zumarregui recibe una astilla de uno de los troncos arrojados por el aizcolari Joseba en la pierna (según algunos historiadores más arriba), muriendo 5 días después.

Cabrera dialogando con su hijo

Los carlistas se ponen serios, debido a que creían que iban a meter más caña, de modo que empiezan a ponerse las pilas con un nuevo fichaje venido de Levante llamado Ramón Cabrera. Este da la orden de fusilar a media plantilla y a la mascota del Rayo Vallecano, lo cual encabrona a los liberales, que se ponen a matar a todo lo que tenga un parentesco con el Pretendiente; el resultado de semejante masacre es: dos gatos, cuatro manzanas (?) y tres carátulas del disco "La Pachanga" de Luis Aguilé.

Los carlistas estaban atravesando una crisis, consecuencia de sus derrotas en el campo de batalla y en los futbolines del bar. Debido a esta decadencia carlérica, su líder Carliños se ve obligado a retirarse al Tíbet unas semanitas para recapacitar sobre la situación. Nada más llegar convierte al catolicismo a dos ranas; acto seguido, se sentó en una alfombra y al poco estaba levitando. Según testigos allí presentes, el mismísimo Tío del cigarro se apareció allí mismo y le encomendó la sagrada misión de crear un programa nucelar con el fin de construir una bombaca termo-atómica. Dicho y hecho. Carlitos vuelve a su España más chulo que un ocho, con medio kilo de uranio en una bolsa del VIPS y una sonrisa en su cara. La guerra estaba tocando fin.

Las noticias sobre lo que podría ser una boxeo entre carlistillos gana un chaval llamado Rafael Maroto (el de la moto) con diferencia sobre sus contrincantes. Empieza a fusilar a los pocos mandos que quedaban y se hace con el ejército facilmente.

Teruel quince segundos despues de la explosión...

Maroto acelera junto a Pretendiente y Cabrera el proceso de construcción de la bomba: una de pruebas y la de verdad, esta última con un boli Bic. El "Proyecto Bomba" es llevado por la élite carlistona, algunos isabelinos mileuristas (que esperaban cobrar más con este empleo) y un par de ingenieros vallisoletanos. Los primeros bocetos de la bomba son convincentes, pero no del todo, debido a la escasez de rotrings, escuadras, cartabones y demás...¡y por no hablar del AutoCad! Pese a no tener ningún croquis convincente, se hace al estilo español: con el ojímetro. Debido a la escasez de un Sistema Internacional, la candidad de masa se pesaba en puñaos y la densidad en puñaos/palanganas, por lo que el uranio se añadio en cantidades colosales que compraban por eBay. La bomba para la prueba ya estaba ideada, y se lanzaría en breve sobre Teruel. Teruel era una ciudad densamente poblada, con rascacielos y el ella vivía gente verdaderamente importante; después del bombazo ya no, sería como es actualmente. El avión, pilotado por uno de los mileuristas, suelta la bomba de prueba sobre la ciudad, destruyendo Teruel y al bombardero en sí. Algunos historiadores (vamos, unos alcohólicos pseudo-inteligentes) creen que la bomba explotó en Los Monegros, lo cual no explica la radiación sufrida, también actualmente, por los turolenses.

Claro, los de Isabel se cagan pata abajo. Porque una cosa era que unos vascos se metieran quince chatos de txacoli y sacaran los rastrillos, porque ahí mandaban al Séptimo de Espartería y problema solucionado. Pero no me ibas a comparar a unos labriegos borrachos con una bomba atómica mega-destructiva. Y, sin ir más lejos, Espartero & The Queen van preparando su equipaje para Mongolia. Resulta que antes de amenazar con lanazar la otra bomba en Madrid, van y la pierden; buscan en objetos perdidos pero mada, no la encuentran. Esto hace que ahora, los carlistas son los que se acojonan, y Maroto le manda un mail a Espar con las condiciones para firmar la paz; helas:

Weno tio te paso ls condciones pa la paz

-Reknocimient de los fueros vscongados
-Grads y kndecoraciones crlistas
-Q Carls tnga titulo de infant

Ya m qentas luego ok? Xao

Todos apoyan a Maroto con la paz, porque lo de ir a la guerra era algo muy cansado. A Carlitos le dan un corte de mangas impresionante. Éste, en un alarde de originalidad, se exilia a...¿lo sabéis? ¡claro!...¡a Francia! Maroto compró 12 kg de gambas y 7 litronas de San Miguel y se dejó de malos rollos. Cabera seguiría un tiempo "dale que te pego", hasta que un año después se fue tambien...¡a la France! Años después volverían, pero eso se verá en el siguiente capítulo: La Segunda Guerra Carlista.

Conclusión

No sólo la guerra no sirvió para nada, sino que además destrozó España (y parte de Pertigal y Franchutancia) y mató a montones de gente de forma gratuita. Hombre, es cierto que lo carlistos ganaron un par de cosas, algunos puntos Carreful y el reconocimiento del País Vasco como una zona de coches ardiendo, Kale Borroka... vamos, todo ventajas. Además, Maroto consiguió ser el primer lehendakari de todo el mundo mundial, que eso es un sueldo que te da para tus cosas.

Segunda Guerra Carlista

El nuevo pretendiente, Carlos VI, rascándose el ombligo (tradición borbónica donde las haya)

Pasaron muchos años de paz (bueno, unos seis para seros sinceros), en los cuales España se recuperó económica y socialmente hablando. El gobierno de Narváez, en 1845, prohibió las barretinas (sí, ese gorro catalán que llevan los pitufos) y los catalanes se mosquean, pero aun así, chitón. El colmo para los catalanes sería el siguiente: unir al Farsa y al Espanyol en un sólo equipo al que llamarían Frarsanyol C.D. Los "culés" y los "periquitos" se unieron en un solo bando para combatir semejante plan que se votaría en las Cortes. Para más inri, Carlos VI, hijo del Carlos V (ver Primera Guerra Carlista) se mete entre medias apoyando a los catalanes, dejando a un lado su pertenecencia a los Ultras Sur.

Hay quien apunta que al casarse Isabel con Francisco de Asís (alias "Paquita" debido a sus talentos) y no invitar al Prenten, los carlistas pillaron un cabreo de 76 . 107 y montaron sublevaciones. Porque eso de no invitar a alguien cuando te a comprado la Turmix, tiene delito...

La guerra

«Buff...no tengo nada que hacer; ¿monto una sublevación?»

~ Ramón Cabrera en septiembre de 1846.


Las tropas carlistas, esta vez, venían preparadas

En 1846, en un pueblecito catalán concretamente, empezaron a reclutar soldaditos comandados por el bandolero carlista Eduard Soto, apodado En Neng de Castefa. Estos eran equipados con chatarra pintada de colores tales como eran el rojo bermellón, oro cani, verde pepino o marrón wombat. Esos grupetes de bandoleros empezaron a asaltar a muchos que pasaban por ahí, inspirando por esa época a varios empresarios para crear las primeras inmobiliarias.

Viendo que estaban muy revolucionados, los moderados de Isabel mandan copiar 100 veces a Cabrera (que estaba metido en esto) No volveré a sublevarme sin consentimiento del gobierno. Pero como Cabrera no aprende nunca, se pone otra vez a jugar a mandar soldaditos, apenas sin éxito.

Y es que hasta los carlistas veían que esta no era "su guerra", y que ahí poco pintaban. Y además que el levantamiento había sido aprovechado por los de Carlos para crear una guerra con transfondo, sin conseguirlo, como podemos apreciar. Los liberales pensaron que esa "guerra" era producto de mucho tiempo libre en el bando carlistón. No se equivocaban.

Hay muchas partidas carlistas, que consisten en enviar al frente agricultores con tirachinas, lo cual estuvo de moda un tiempo e incluso fue copiado por países como Rusia (que haría lo mismo en la Primera Guerra Mundial). La verdad es que los carlistas-catalanes daban bastante penita, y los liberales (que tenían un corazón inmenso) le dicen aquello de "Os perdonamos, pero que no vuelva a ocurrir". La mayoría se quedó en España, porque La France es un sitio muy caro. Una minoría selecta se quedo yéndose de putas conspirando en las Galias para arremeter de nuevo contra Aspaña. Lo veremos en el siguiente capítulo. Respecto a Carlos VI, se quedó en una pequeña villa francesa donde montó un club de luces y se forró hasta el fin de sus días.

Conclusión

Bueno, lo que nos enseñan guerras como estas es que: "Si no sabes hacer algo bien, intentarlo y que te salga es pura cuestión de potra". Hasta la Tercera Guerra Carlista, se habló mucho en los bares de volver a hacer algo parecido, y muchos Carlos intentaron proclamarse reyes, así por las buenas, en alguna fiesta de su pueblo. Esta guerra si que no puso a prueba a nadie ni a nada. Únicamente se innovó la gorra, ya que Nike promocionaba el evento, por lo que se estableció la moda de llevar el logotipo en la boina e ir tan pancho (el precio se incrementó en 14 leros).

Tercera Guerra Carlista

Carlos VII en su aparición en la revista Play Boy.
Tras 23 años de paz, la tercera reencarnación maligna del carlismo, Carlos María de los Dolores Juan Isidro José Francisco Quirín Antonio Miguel Gabriel Rafael de Borbón y Austria-Este (juro que es real) abreviada y popularmente conocido como Carlos VII, se alzó desde Francia allá por abril de 1872. A partir de ahí, salieron muchos rebeldes por el norte de la Península, mientras que por la zona Este de España se cagaron un poquitín y muchos carlistas se quedaron en sus casas viendo lo que ponían por la tele. Otro que se cagó fue Cabrera, quee tras copiar en la Segunda Guerra 100 veces "No volveré a sublevarme sin consentimiento del gobierno" de castigo, decidió abandonar la causa.
Táctica carlisto-invasora:1 - Los carlistas cruzan la frontera y llegan a Navarra. 2 - Las tropas gubernamentales acuden ipso factas a la zona del levantamiento. 3 - Retirada carlista y control de aduanas.

Durante esta guerra, los carlistas se enfrentarían contra tres tipos de gobiernos: el de Amadeo I, el de la Primera República y el de Alfonso XII.

La guerra

No es que empezasen con muy buen pie, porque justo cuando atraviesan la frontera se vuelven enseguida (ver plano detallado a la derecha). Como había sido un gran desastre, Carlos prepara otra invasión para Navidades, esta vez con buenos resultados. En Pretendiente entra en España one more time en 1873, con una reserva ya asegurada en una casa rural con desayuno incluido. Un año después, los carlistas tenán el norte asegurado y se dedicaron en cuerpo y alma a fabricar un estado carlérico, montándose la coronación de Carlos VII por su parte. También crearían universidades, academias militares, fábricas de boinas... y ceran leyes para poder unirse en sagrado matrimonio con las gallinas que de verdad amasen (gallos no, por Dios, que aquí ningún carlista es rarito, ¿no?). Los carlistas están cada vez más crecidos, aunque poco les durará el chollo.

Legado el reinado de Alfonso XII, muchos carlistas se cagan mucho y se rinden. En muy poco tiempo, los carlistas son derrotados en todos los puntos de la Península por Súper Alfonso y sus Tropas del Orden y la Justicia. A muchos carlistos se les da la opción (de nuevo) de la rendición, la cual aceptan sin rechistar. El Pretendiente Carlos VII juró volver más tarde y vengarse desde su exilio en Francia, lugar de refugio político por excelencia.

Conclusión

Los carlistas nunca aprenden ni a base de hostias, y es algo que se sabe que les cuesta entender. Unos 27 años después, el general Francisco Frasco se sublevarían y daría comienzo la Cuarta Guerra Carlista, popularmente conocida como la Guerra Civil Española.

Esta guerra no sirvió para nada de nada, y algunos creen que fue una simple táctica publicitaria para que las boinas coloradas se pusieran de moda otra vez.

Enlaces externos

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