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En la antigua Roma había una tradición impuesta por el tatararabuelo del bisabuelo del padre de Julio César que consistía en dejar que los luchadores homosexuales pelearan hasta la muerte por conseguir el amor del emperador. Estos luchadores se llamaban gladiadores y en ocasiones también luchaban contra leones, que también eran objeto de deseo de los emperadores romanos.
En un primer momento había un interés en los combates de gallos, por lo que los gladiadores luchaban en el corral entre los aplausos de los conejos que ellos desdeñaban. De pronto y tras el estreno de GLADIATOR la plaza quedó abarrotá, y se tuvieron que trasladar todos al Coliseo, lo cual fue un coñazo, ya que no se acabó de construir hasta que pasaron 3 generaciones de emperadores y costó mucho dinero que los gladiadores tuvieron que pagar con carne. Carne que después iban a devorar los leones.
Era la más temida por los luchadores, ya que eran combatientes fuertes, violentos, ariscos y con un terrible aliento con olor a vísceras podridas que era lo que más débiles les volvía. Hubo leones tan buenos que quedaron perpetuados para siempre en la historia:
Los gladiadores luchaban cuerpo a cuerpo, rozándose sensualmente y quitándose el sudor de la frente a cámara lenta. Muchas veces sentían más atracción entre ellos que hacia el propio Emperador, por lo que acababan ñikiñikeando en medio del ruedo. Aquello sí que era un verdadero espectáculo, porque de vez en cuando alguna espartana salida y se sumaba a la acción, haciendo que la gente que estaba en las gradas los imitara. Más tarde, el emperador les perdonaba la vida a los luchadores para convertirlos en sus esclavos sexuales, pero la mayoría de veces habían muerto a latigazos espartanos o por desgarramiento de ojete, en su defecto. Un gladiador logró sobrevivir en época de Nerón y tan bueno era, que éste le perdonó la vida a cambio de que se convirtiera en su prostituto y de que le aventara el pajarraco cada vez que quisiera. Él se llamaba Apolo, pero estaba enamorado de una joven llamada Dafne que se convirtió en laurel sin que él se diera cuenta y se la comió en la paella. Al darse cuenta, tan grande era su pena que se suicidó y Nerón se cabreó tanto que quemó Roma y violó a todos los gladiadores que quedaban vivos.
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En estos combates habia expectadores de todo tipo debido a que a la gente le gustaba escuchar los cantos angelicales de los gladiadores cuando se les desgarraba el ojete.Entre los expectadores mas ilustres estaban:
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