De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Muerto
El autor de este artículo, al parecer, se ha ido a una de sus citas al WC y suponemos que murió como el desdichado de aquí a la izquierda. Así que en su memoria, no seas cabrón, ponle más chorradas al artículo. |
El dependiente o dependienta son las máquinas encargadas de hacer que tu pagues por las cosas que compras en esos habitáculos llamados tiendas, supermercados o centros comerciales.
Se encuentran en el Mercadona, el Caprabo, el Día y un largo etcétera. Son de ingeniería pura alemana y se fabrican directamente de género femenino. Suelen tener nombres tan hispánicos cómo Puri, Llanos o Amparo. Además, se ponen muy nerviosas con los clientes que tardan más de 2,76619 segundos en meter toda la compra en las bolsas. Si se te cae el cambio ya es el acabose.
Frases usuales:
De ascendencia cyborg y también hembras en su mayoría, las panaderas poseen grandes habilidades con las que dan a conocer a la clientela su capacidad muscular. Una de ellas es la de cerrar las bolsitas de plástico en las que sirven los bollitos, napos y demás con una fuerza correspondiente a la de un Supersaiyan, para que luego tengamos que "abrir" la bolsa de forma incorrecta, practicando un corte en la bolsita. También tienen más estrategias malignas, como la de dar el pan más duro. Aunque no suelen ser malas personas, porque si no llegas de dinero te perdonan.
Frases usuales:
Una especie que antes parecía rara, pero que ahora no hay ciudad que no posea una de estas mascotillas. Asiáticos en su mayoría, se dedican a seguir a los compradores (o más bien "curioseadores") por todos los pasillos y recovecos del establecimiento. También son conocidos por la ironía de su vida: tener una mafia mundial de órganos y a la vez colgar adornos cutre-luminosos desde la entrada al más allá.
Frases usuales:
Tienden a ser negros, moros o cubanos. Tienen un local hambientado a ritmo de salsa y compuesto por una decoración caribeña. Huelen a arepa con manteca y suelen vender la Pony Malta a un precio deshorbitado comparado con la miseria que cuesta en las Américas. Algunos van empanaos, otros son más bien saladetes...hay de todo.
Frases usuales:
Su pertenecencia a una clase de friki superior le impide hablar con la plebe. Te puedes ir preparando si no sabes la tarjeta gráfica que tiene tu ordenador o cual es el último modelo de PDA's del mercado. En las tiendas de música abundan los gafapastas que aprovecharán la mínima oportunidad para ridiculizarte.
Frases usuales:
Mezcla de friki y pseudo-gafapasta. La única forma de sentirse superiores es decirles a los menores que algunos cómics son para mayores de 18. La mayoría han intentado publicar algo pero o no triunfaron o no les han editado nada. Suelen tener a sus favoritos, que son los asiduos y a los que les informan de las novedades.
Frases usuales:
O de la típica tienda 24 horas que abundan a cascoporro por todos sitios. Son robots de última generación, aunque se empezarón a fabricar en los Estados Unidos en plenos años 80, como nueva idea de esclavitud maquinaria, llegando aquí hace unos tres o cuatro años. Sus batería funcionan con luz eléctrica y viven rodeados de lujos materiales cómo helados, revistas de todo tipo y bebidas varias (alcohol, coca-cola...) de los cuales no pueden disfrutar porque son máquinas, lo que les frustra, pero al ser máquinas baratas no sienten nada y, por lo tanto, se muestran pasivos ante la sociedad.
Pero de tipo Stradivarius, Breska y toda esa pesca. La última actualización de estos bots tuvo lugar en 1999, tanto modelo hombre cómo mujer estaban disponibles. El primero está hecho un hombretón, mientras que la segunda es más bien un modelo cotorrero y adulador
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Esta vez, las tiendas donde habitan estos cacharros son más bien punkis. Suelen tener una avería en la sección principal de su tarjeta de sonido, por lo que los decibelios producidos por el local son inversamente proporcionales a la tranquilidad del vecindario. Fueron fabricados con una cabidad pulmonar lo suficientemente grande como para que el sitio huela siempre a porros. Si quieres probarte ropa y les dices de sacar tallas te ponen cara rara, así que no es conveniente ganarse mucho la confianza con estos robocitos.
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