De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Dícese de un árbol chiquitijco, pequeñete, compasto, unicejular, y otros bodrios de adjetivos manchegos sinónimos. Básicamente nos encontramos ante una bestia indómita que se regocija de su pequeñez y cuyo hábitat natural es una especie de fiambrera, y da la impresión de que provengan de Asia.
Si eres un poco avispado, verás que tiene tronco, ramas, hojas (todo minúsculo) y si las raíces no las ves, es porque se encuentran bajo la insignificante pero intrínsecamente valiosa, a la vez que incucurbitácea pero nunca insípida tierra de la fiambrera. A diferencia de arboles que crecen en condiciones normales, los bonsais tienen sugus en vez de, por ejemplo, piñas o manzanas. La especie del árbol determina el sabor del sugus, obviamente.
Si eres un poco mas inteligencio, quizá se te ocurra regarlo, pero no te fajes, que se ahogan (sí, así maté al mio).
Y ya si eres todo un sabio, le sumarás musgo a la tierra del tiesto, que no sirve para nada, pero le da un efecto más logrado.
Si dejas un ratito el pron te paras a mirar fotos de bonsais, comprobarás que algunos de ellos tiene un pedrusco aberronchao en el tronco. Para conseguir este efecto, hemos de esperar a que el bonsai se quede dormido, para entonces, quitarle la almohada despacito y poner el pedrusco en su lugar. Acto seguido hemos de dejar una botella de ron o whisky al lado de la maceta. Cuando el bonsai despierte, no recordará por qué duerme sobre un pedrusco y al ver la botella creerá que tuvo juerga la noche anterior.
Una técnica bastante común para hacer que crezcan ladeados es dejarles al lado un libro de Platón o de Hume. Un bonsai no soporta que echen sus ideas por tierra, lo que le obligará a crecer en sentido contrario. También se puede poner un altavoz al lado en el que suene El anillo del nibelungo, de Wagner (si luego el bonsai se intenta anexionar Alsacia y Lorena, no es mi problema).
Los Bonsais que viven en un entorno natural (haylos) se alimentan de hiporontes (no sé como, siendo creados éstos en laboratorio) y dedican gran parte de su vida a filosofar acerca de los noúmenos, razón por la que no se molestan en crecer.
Acostumbran a llegar frescamente a los 200 años de edad, a pesar de la dificultad a la hora de encontrar hiporontes que comer. Además, su principal depredador son los Kraken, que solo viven en los fondos oceánicos y en una pecera que tengo en el salón.
Conviene que nos pongamos un poco serios ahora, ya que vamos a tratar una faceta de los bonsais desconocida para muchos y desconcertante para los colectivos de exploradoras vendegalletas. Los bonsais son entes misteriosos, como las mandarinas o las natillas. ¿Por que son tan pequeños? ¿son árboles gigantes encogidos? ¿son musgo agigantado? titototíntotíntotín to tito totín totín totín... ¿es posible que sean una especie alienígena de hongos que se criaron en un recipiente de natillas del planeta Vulcano?
En la BOBIN (Buerau Of Bonsai Investigation in the Night) y mediante el gasto de ingentes cantidades de fondos públicos, se ha descubierto que hay... entes, individuos, que se deleitan observando fotos de bonsais sin corteza. Esta aberronchación abominación es solo comparable al escándalo que surgió de la extinción del Dodo, que coincidió misteriosamente con la llegada e los Bonsais a Europa... tito totin totin totin...
La BOBIN, en colaboración con los Vampiros Diurnos y el Profesor Frink, está destinando cantidades imposibles de dinero de las reservas mundiales en una ardua investigación en la Rusia Soviética. Datos recogidos confirman que, "en la Rusia Soviética, el bonsai te poda a ti".
Como necesitan de un humanoide armado con tijeras de poda, suelen vivir en nuestras casas, conspirando para que te los olvides en alguna habitación de noche y acaben con el oxigeno de la estancia, provocando tu muerte, y como no eres un hiporonte (bueno, no creo) en vez de comerte te empalarán, despellejarán y violarán hasta la saciedad, pero no en ese orden.
Para evitar que lleven a cabo sus planes de dominación de tu culo y lleven una vida de filosofia contemplativa, conviene tenerlos en el balcón o en una terraza si eres un pijales que vive en una mansión. También hay que evitar la conversación con ellos, ya que de lo contrario te sumirían en un argumento circular acerca de las características de los noúmenos o del juego agresivo de Tomas Gravesen.
Quizá una de sus utilidades más destacables sea la protección contra hiporontes que, en caso de invadir tu casa, serían devorados rápidamente. Se han llegado a documentar casos de bonsais adiestrados para cazar hiporontes, lo que no se ha demostrado es que los hayan cazado, ya que los hiporontes se crean en laboratorio y son carísimos.
Básicamente producen un 90% de la totalidad de sugus de que disponemos; el resto provienen de las fábricas de sugus de las ciudades esas de la frikipedia Picanya.
También nos proporcionan valiosísima información sobre los noúmenos, aunque se hace necesario que Jack Bauer los interrogue para obtenerla, porque son un poco testarudos.
Una utilidad de la que se suele sacar provecho (a pesar de su inutilidad) es su valor decorativo. En la Antigua China, los monjes taoístas consideraban el bonsái un puente entre lo divino y lo humano, y el que lo cultivara se ganaba la vida eterna. Ahora hay gente que los cuida para que se hagan bonito.
En vez de hartarte de sugus e investigar principios filosóficos, sabiendo que una combinación de ambos te puede ayudar a dominar el mundo fácilmente, llegas y dices ¡ala, mira que bonito me ha quedado, y solo he estado 30 años podándolo y cuidándolo más que a mis hijos! Absurdo.
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