De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
De la serie artes del mundo: | |||
Libro | |||
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Se practica desde... | Antes de que se inventara arriar | ||
Practicantes típicos | Gafapastas aburridos | ||
Técnicas básicas | Juntado de letras, palabreo, fraseo | ||
Público objetivo | Disimular revistas porno | ||
Dificultad | Depende de la | ||
Nivel de frikismo | Medio | ||
Máximo exponente | Frikipedio |
Objeto de forma eminentemente rectangular y tamaño variable (pese a ello no suele ser más pequeño que una lata de berberechos ni más grande que un bungalow), que se caracteriza por hallarse en peligro de extinción en nuestro país. Los libros se pueden encontrar en antros tan exóticos como la biblioteca, la librería, el Carrefour, o el mercadillo del pueblo. Dependiendo de diferentes factores (el grosor del libro o las ganas de timarte del vendedor) puede costarte más o menos leros (en la biblioteca y en el Carrefour puedes conseguirlos gratis, ya que tanto en uno como en el otro lo puedes tomar prestado. La diferencia estriba en que en el segundo lugar el libro no suele ser devuelto).
El libro es un objeto tremendamente útil, como bien es sabido entre los españoles, ya que puede servir como posavasos, pisapapeles, artículo de decoración de estanterías, e incluso permite nivelar un mueble en el caso de poseer una pata coja. Curiosamente, hay libros cuyas funciones ya están predefinidas con antelación. Así pues, podríamos decir que La Biblia cumple perfectamente como objeto de decoración, o preferiblemente, como nivelador de muebles u otros complementos (se desconocen los motivos, pero siempre es el libro que mejor encaja). También hacen que cuando venga una visita parezcas incluso inteligente.
Existen rumores acerca de que los libros se utilizan en otros países para contener información impresa que posteriormente puede ser utilizada para muchos fines, pero todavía no se ha podido confirmar la veracidad de dichas noticias, más que nada porque ningún habitante de nuestro querido país se ha dignado a abrir ninguno. De hecho, las escasísimas (y desafortunadas) personas que ratifican y apoyan estos bulos, enseguida son calificadas como herejes, siendo perseguidas por bandas callejeras (el Fahrenheit 666 o el Book-Burnt-Clan son unas de las más temidas) hasta ser, finalmente, quemadas en la hoguera o cruelmente lapidadas. El autor de este escrito (uséase, el menda) opina que estos castigos son terriblemente blandos, ya que sabiendo de la existencia de programas culturales de calidad tan elevada como Operación Triunfo o Aquí Hay Tomate, el buscar refugio en fuentes de información tan burdas y pueriles como aquéllas resulta ser la más cruel blasfemia que puede llegar a ser concebida por la mente humana (y delfinense).
Según las fuentes de las falacias y mentiras comentadas anteriormente, antaño los libros fueron utilizados por todo tipo de energúmenos (escritores) para expresar los sentimientos que afloraban en su interior. El primer ser que participó de tamaña estupidez fue uno que se denominó abejarucos en celo o bien el relato en el que se cuentan sus experiencias en lo referente a la pesca de carpas en las costas gallegas (Carpa Diem) o la plantación de uvas cantando la canción Cara al sol (Uvi Sun).
Siempre según esa fuente herética y altamente pecaminosa nombrada ya en incontables ocasiones (no temáis, prometo flagelarme después de escribir este texto), existen múltiples géneros de libros y novelas. A continuación serán nombrados los más importantes y las obras más destacables de cada uno:
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