De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
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El gigolas es la nueva versión del macho ibérico. Algo más civilizado, demuestra sus encantos y, sobre todo, las capacidades para meterse a todas las tías en el bolsillo. O a casi todas... El gigolas es “el rey de las nenas”. Su arma: las fichas. Los gigolas consideran máquinas a las mujeres a las que lanzan "piropos" y frases "ocurrentes" hasta ver si la chica da el brazo a torcer y "da premio".
El gigolas no nace, se hace. Y es como un superhéroe porque él, más que nadie, cree en su superpoderes, que son la seducción y el deseo que las mujeres sienten por él. Las claves de su éxito. El gigolas es el opuesto al [“pagafantas”:] De hecho, ni siquiera sabe que existen tíos tan pringaos en la tierra, a los que las tías les cuentan sus problemas pero que nunca se las tiran. En realidad sí lo sabe porque él viene de ahí, por eso es denominador común que todos los gigolas, sea cual sea su estilo, han hecho desaparecer todas sus fotos anteriores, porque ese encanto que ahora tienen no estuvo allí siempre. En el instituto no era precisamente el chico con el que todas las tías soñaban… Quizá la razón principal por la que el gigolas ha llegado a ser quien es, es aquel desengaño amoroso que nunca ha superado y que recuerda de vez en cuando en alguna borrachera. Su vida nocturna es una eterna venganza hacia ella, que extrapola a todo el género. La transformación se produjo años más tarde, cuando descubrió exactamente qué ropa le favorecía más y sus amigas de toda la vida empezaron a presentarle amistades nuevas: amigas de la facultad, del master, de las prácticas, compañeras de piso, amigas recuperadas de la infancia... Un nuevo mundo] se abría y tenía más componente femenino del que nunca había conocido e imaginado se podía juntar, y fue ahí cuando vio la luz y decidió que no se podía malgastar tanto cuerpo bonito.
El gigolas tiene un estilo depurado pero cuando va solo por la calle suele llevar gafas de sol porque se le desencajan los ojos cada vez que ve un escote. En primavera se vuelve medio loco, se produce en él una auténtica revolución de hormonas, hasta el punto de que tiene tanta oferta y solicitud que puede producir errores, no estar a lo que tiene que estar.... Le gustan más las tías que a un tonto un lápiz. Por eso es normal que, en esas fechas, se quede varios días en casa, para tranquilizarse y retomar su actividad. Conoce “los puntos G del día”, esos gestos que se pueden hacer en una cafetería, a plena luz del día, pero que acabarán haciendo efecto: esa mano cóncava, abarcando cuello y mandíbula, al despedirse; ese beso dado despacio y no en el punto central de la mejilla, ese roce casual al acercarse a la barra a coger su café... Ya más subido de tono y normalmente al caer la tarde, puede optar por el riesgo y jugar a otras combinaciones, alterando los elementos: beso en el cuello o chupeteo en la oreja. Y sí altera el resultado. Incluso le ha preguntado a un amigo fisioterapeuta por esos temas, dejando asesorarse por la ciencia. El gigolas siempre huele a colonia. No hay nada causal en su ropa, se ha probado unas cuantas cosas más de las que lleva. Es un pincel, según qué estilo tenga –gafapasta, pijo, cani, perroflauta, modernillo, rocker…- no le faltará detalle. Coge lo peor del metrosexual. Si antes de salir han quedado los amigos, le mandarían a la mierda mientras ser arregla de no ser porque están de botellón.
El gigolas no cobra por su trabajo, a pesar de ser jornada completa, incluso las 24hs/día, sus incentivos son… el cumplimiento de objetivos. La habilidad del gigolas es conseguir hacer algo, como si fuera espontáneo, que le deje a la tía pensando en él cuando vuelva a casa; él, que controla muy bien los tiempos del impacto, unos días más tarde, mandará entonces un SMS que deje caer que hacen el gilipollas si no vuelven a quedar. La tiene en sus garras. El gigolas va a tiro hecho, es experto en hacer el clásico arco de arrinconar a la chica que se están ligando en una fiesta contra la pared: su próxima víctima, y entrará en acción en cualquier momento. El modus vivendi y operandi del gigolas se basa en una premisa: ir adonde haya tías. Si no las hay, es sencillamente una pérdida de tiempo. Si el mundo vale la pena para él es porque hay pechos y caderas que se contonean que mirar. Hay tías buenas por todas partes: las amigas de su hermana, compañeras de oficina, la panadera del barrio… Antes de salir, y ya arreglado, hace una llamada de rigor. Se trata del cuestionario completo a quien le ha ofrecido el plan o tenga más información, acerca de cada una de las personas que estarán presentes, sabiendo si las tías tienen -o no- novio, si ellos estarán, etc. El gigolas trabaja en abanico. Que… qué quiere decir? Pues que va lanzando fichas en todas las direcciones, como un campesino semillas, para luego recoger los frutos. Utiliza estrategias en paralelo para encandilar a varias tías, con las más difíciles se decantará por historias que conmuevan o que van a encajar a la perfección porque ya se ha dedicado lo suficiente a investigar sobre ella y, prácticamente, tiene una ficha con su historia de vida. Con las facilonas o más receptivas, lo tienen todo hecho. Es salir a un bar y ya han dejado su sello. El gigolas tiene un gesto muy característico que podríamos decir que es exclusivo de este gremio: mirar a su presa con ojitos de cordero degollado mientras se muerde los labios, como diciendo “me matas”, “qué buena estás”… Se dice que entre los gigolas hay toda una guerra declarada por las presas, se las reparten como los dealers sus clientes: por zonas. Hay uno operativo en cada distrito. Otra cosa es cuando se trata de un grupo de amigos gigolas. Ahí, ellos verán cómo se las apañan…
Ahora hagamos un repaso: hay varios perfiles o máscaras bajo las que se esconde el gigolas, aunque seguro que ya en este mismo instante, están naciendo otros tantos y creando escuelas y estilos sobre los que todavía no se ha escrito. Aquí van algunos:
===el latin lover===: tal vez el que se ha quedado más obsoleto. Digamos que descansa en invierno para contraatacar con fuerza en verano. Es la “old school del gigolas”. Tal vez el más previsible peor también el más eficaz.
===el gigolas atormentado===: juega a que el mundo está fatal y el Apocalipsis a punto de llegar, a que se siente solo, feo y extraño. De esta manera a la chica que le ofrezca consuelo, él le ofrecerá la cama. Después, que la vida no tiene sentido si ella no está cerca aunque ella sea una cruz más que marcar en ese lista eterna.
===el gigolas sonrisitas===: su amplia y generosa sonrisa es su carta de presentación. Probablemente en su casa está de lo más serio pero con las tías no. Te sonríe permanentemente y esto le da puntos y le deja ganar posición: cuando te das cuenta está 3 cms más cerca que hace unos minutos. Combina la sonrisa con “gestos backstage”, esa mano en la espalda que luego bajará sutilmente, como esperando que la presa no se dé cuenta, etc.
====el gigolas asocial===, ese tipo duro, de barra, que juega a que las tías no le importan un carajo. Ése es el peor. Te esperar al salir del baño del bar y juega a que ha visto algo en ti que el resto de las tías no tienen. Sus presas se sienten en la misión de apaciguar a la fiera indomable. Normalmente más entrado en años e incluso a veces sale solo.
===el camarero gigolas===, allá donde ve un escote, se acerca a poner una copa. Se asegura de decir un comentario personalizado a cada tía para que sean ellas mismas las que se acerquen a por la siguiente ronda. A pesar de estar a tope de trabajo ya sabrá cómo ingeniárselas, como camarero experto que lo sabe todo sobre el mundo de la noche, para hace alguna carantoña, gestual o verbal.
OTROS CASOS Pero no todos los gigolas actúan en el mundo de la noche, tienen visión nocturna y aúllan como lobos en luna llena, también hay gigolas de día. En este contexto hay una única categoría:
===el gigolas rural===, el único que en cualquier momento, en cualquier extraña situación, entra en acción. Sus raíces campechanas y el haber crecido fichando a las adolescentes cuando él también lo era en los coches de choque de la feria, le ha dado una visión de actuación mayor. Te pilla por banda en los sitios más insospechados: el metro, la oficina del INEM o el supermercado. Si ha venido ese fin de semana a la capital con sus amigos, sí se dejará beneficiar de la variedad de locales, aunque lleva cazando presas –o intentándolo- desde la hora del aperitivo. No tiene escrúpulos en dejar a su amigo solo en medio de la pista durante una hora. Normalmente, no atiende a razones.
Para facilitar su tarea, normalmente siempre va al bar de un amigo. Así se ve que tiene vida social y se asegura de que no le van a tratar mal. En un ambiente no hostil es donde el gigolas mejor trabaja. El gigoló está al día de toda la tecnología que le puede ayudar en sus gestiones del ligoteo: mails, messenger, facebook, twenties, my space, blog, etc. etc. Cosas que no le interesan para nada pero que le ayudan a mantener viva la llama con cada una de las tías. Otro comportamiento habitual en el gigolas es que se apunta a casi todos los viajes, y no precisamente por su espíritu viajero, sino porque le permitirá poder intimar y, sobre todo, ver en bikini a esa chica que será su nuevo fichaje y, casi viene unido, su nueva adquisición.
Cuando trabaja fuera de casa: Son preferibles aquellas ciudades dónde las chicas están más dispuestas, es bien sabido que todo buen gigolas conoce aquellas ciudades de España dónde es más fácil ligar: Salamanca, Madrid, Granada... en general aquellas ciudades de ambiente universitario en las que las estudiantes cursan los estudios lejos de sus casas, siendo el "entorno Erasmus" el más exquisito de los lugares.
Por supuesto hay entornos universitarios más propicios que otros, así las carreras dónde hay más movimiento serán: Bellas Artes, Publicidad, Periodismo, filosofía, diseño industrial... y las de menos: derecho, industriales y teleco (en estas dos últimas no suelen tener tiempo para estas cosas). Un gigolas podrá ir a pasar varios fines de semana seguidos viajando con su grupete de amigos en busca de presas. Por el contrario, nunca encontraremos a un gigolas viajando a ciertas ciudades, se ha hablado de Valladolid, Toledo, Huesca... como abstinencia de gigolas.
El gigolas no deja nada a medias. Pico y pala pero MUY IMPORTANTE!!!!: Sin llegar jamás a ser pesado: Si una tía le deja claro que no tiene nada que hacer con ella, se retira, y a por otra! Si puede ya se ocupará de dejarle claro lo mucho que se ha perdido. Pero si hay un punto débil claro del gigolas es esa asignatura pendiente, la tía que se le resistió. Piensa en ella mil veces y, si se descuida, se podría incluso acabar pillando por ella. Y eso sería… la muerte del gigolas!!! No es que no tenga corazón, sino que son las tías las que le tienen que buscan a él. Así debe ser. Por eso al gigolas, para entrenarse, lo que más le conviene es estar rodeado de colegas machotes, de otros gigolas; jugar al fútbol o al rugby, ver partidos, beber cerves, ir al gimnasio, hacer cosas propias de tíos muy machos y heterosexuales. Pero no es radical, no se cierra a ningún tipo de gente. Tiene ese amigo gay con el que se lo pasa muy bien y que no le crea ninguna preocupación en su objetivo y, sobre todo, es un foco para conocer a… más y más tías!!!!!
Tras una larga noche de pico y pala, el gigolas se reunirá en un bar con sus amigos. En este punto podemos distinguir al gigolas avanzado del iniciado. El gigolas avanzado no soltará prenda y se ocultará tras sus gafas de sol, provocando con esta actitud un interés cada vez mayor sobre su noche, terminará dando a entender lo ocurrido sin mencionar una sola palabra. Una leve sonrisa de “fue la hostia” generará el orgullo entre sus amigos. Sin embargo, el gigolas básico, hará la típica estrategia "del parchís": comer una y contar veinte.... Aún tiene mucho que aprender.
Si por el contrario lo que quieres es dominar y comprobar lo fácil que es manejar la situación a tu antojo, puedes seguir los siguientes consejos: IMPORTANTE: Nunca dejes entrever que se trata de un experimento sobre la dominación femenina, perderías toda credibilidad y el gigolas no alimentaría su ego, que es el fin de su existencia. El atuendo es parte importante ya que como ocurre en los apareamientos del resto de los animales se trata de llamar la atención desde lejos. Nada como un escote brutal. Es aconsejable incorporar al vestuario alguna prenda de ropa con estampado de leopardo. Lo que nunca falla: Lamer una piruleta, hacerse la borracha y bailar sobre una plataforma (si el bar no cuenta con plataforma puede utilizarse una mesa) moviendo el cuerpo a modo de vídeo de la MTV. Si ninguna de estas técnicas funciona, prueba a esperar hasta las cinco o las seis de la mañana, serás presa con seguridad gracias a que el porcentaje de chicas (competencia) es menor y a que los gigolas a esas horas han bajado el grado de exigencia mínima varios puntos. Así se establece la siguiente tabla que recoge una fórmula por la que el grado de exigencia es inversamente proporcional a la hora de la noche:
HORA-------------PORCENTAJE DE TÍAS EN EL LOCAL QUE EL GIGOLAS SE TIRARÍA 00H------------- 5% 01H-------------10% 02H-------------20% 03H-------------30% 04H-------------60% 05H-------------70% 06H-------------80% 07H-------------90% 08H-------------100%
NOTA: Puede verse un incremento notable a partir de las 3h, esto se debe a que la situación se complica ya que muchas de las posibles presas se han ido en el último búho y las posibilidades de pillar disminuyen fuertemente.
Una de las estrategias más conocidas es la de "invitar a copas", desde aquí aconsejamos no aceptar estas invitaciones ya que decir "no" se hará cada vez más complicado, las capacidades de reacción pueden verse afectadas por el alcohol. Si has perdido el control y el desodorante axe te ha hipnotizado, siempre puedes utilizar la llave de "la cobra"; Cuando te tenga acorralada y estire el cuello para meterte el morro deberás realizar un gesto ágil en la misma dirección y en sentido contrario, y echando lo más rápido que puedas la cabeza hacia atrás, estirando el cuello al máximo.
Es notable una renovada ola de gigolas "the new wave" o "nouvelle vague del gigolismo" que se esfuerza por renovar el arte del ligoteo incorporado nuevas frases, que sustituyen a las ya sobradamente conocidas, como: “Me suena tu cara ¿nos conocemos de algo?” o, frases previas al ataque como “tú y yo sabemos perfectamente lo que va a pasar…”.
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