De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
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Juego: Wet Género: Shooter en 3a persona Plataforma: PS3, Xbox360. (Analizamos la versión de PS3)
El término “Wet” viene de la palabra “wetworks” (literalmente, trabajos húmedos), una misión donde te manchas las manos con sangre. Eso dice el juego nada más empezar. En otras ocasiones había escuchado el término, siempre refiriéndose a un trabajo de campo en el aspecto táctico o militar. No necesariamente implicaba mancharse las manos de sangre: Kojima siempre dejó claro que mola más pasarse sus últimos MGS sin matar a nadie.
Viendo este juego en particular, “Wet” también puede significar “un juego donde te manchas la cara con lágrimas de frustración” o “un juego donde salpicas de saliva la tele por los gritos de frustración”.
O, también puede ser un “oh, mira, la protagonista es una tía buena con la misma actitud de un Vin Diesel con peluca. Igual si le ponemos un título que el incauto pudiera relacionar con una referencia sexual, vendemos cinco copias más”.
Teorética aplicable para convertir un juego en un “PERO MIRA K JUEGASO PRIMO!!1111!!!!!”
Ni personajes profundos, ni momentos dramáticos, ni control perfecto. Tú congela el tiempo para que las balas fluyan como las aves regresando en primavera sobre un cielo manchado de ocaso y pon una katana que atraviese las pelotas de los malos. Listo. A cobrar millones.
Wet tiene eso. Me corrijo, Wet ES eso.
Encarnamos (ñam, ñam) a Ruby. Una tía que lejos de tener las tetas de Lara Croft, tiene una actitud reprochable, consume más whiskey que una garita portuaria y que acumula en el día más tacos que, incluso, víctimas. (Echad cuentas).
Ruby se crió en el seno de una familia profundamente católica, estudiando en un colegio de monjas hasta que tuvo la edad suficiente para discernir qué le convenía más, si Operación Triunfo o Justin Bieber. Aunque era consciente de que sus padres la mantenían en una caja de cristal para protegerla del mundo real, poco importaba: su mundo era perfecto. Se reuniría con sus amigas el fin de semana para ver en el ordenador (previo pago de la descarga, POR SUPUESTO) por enésima vez High School Musical 90210. Poco se esperaba Ruby el vuelco que daría su mundo cuando (chan chan CHAAAAAAAANNNNNN) a su padre lo despidieran del curro.
Por supuesto, todo lo anterior me lo he inventado. Pero igual así os lo habéis tragao, lo que hace que mi análisis dure un poco más.
En realidad la asesina a sueldo Ruby no tiene pasado (ni futuro), y su presente es buscar al hijo de puta cabrón (parafraseándola) que le tendió una trampa. Armada con sus pistolas de munición infinita, su katana irrompible y más tacos que balas, Ruby Malone se echará al pico a medio mundo. O sólo a diversos antros de mala muerte y callejones sucios poblados nada más que por pandilleros y guardaespaldas de sus rivales.
Si el protagonista del juego hubiera sido un tío, habría sido obligatoriamente necesario meter a una damisela a la que se le contonearan jugosamente los pechos. Pero como tenemos a una tía de prota, basta con darle unas curvas y mostrarla en bragas en algún punto del juego para cumplir alternativamente con la regla de oro.
Repito: Ruby NO TIENE GRANDES TETAS. Pero tiene un buen culo. De hecho, su culo es, si no me equivoco, lo mejor logrado en todo el juego.
Es un culo extremadamente ágil, que se desplaza en bullet time por todo el escenario disparando a todo lo que se mueva. Me siento en la obligación de aclarar, de todas formas que no es el culo el que dispara… Deberían tomar nota los creadores del juego. Quizás eso sea una buena idea para un próximo juego. Prosigo: es un culo que salta, trepa, se desliza. Y si te quedas encerrado en una pared glitcheada, o si el control es tan torpe que en vez de saltar hacia adelante saltas hacia un lado cayendo irremediablemente en un vacío (incluso argumental), no importa, porque estarás viendo ese culo. Gracias al cielo, esto pasará más veces de las que te esperas, así estarás bien acompañado cada vez que sueltes el mando y preguntes “¿O’RLY? ¿Vas a fallar ese salto, OTRA VEZ?”. Uncharted no tenía esos fallos, pero no le hacían falta: Nathan no tiene el culo de Ruby. Uncharted no tenía bullet time tampoco, ni sangre, ni pelotas atravesadas. Por dios, ¿cómo es que muchos lo consideran un buen juego?
Existen dos tipos de jugabilidad bien diferenciada en el modo historia. El normal, en el que atraviesas los escenarios saltando de un saliente a otro para llegar a escenas de combate en las que te enfrentas a oleadas de enemigos (originalmente denominadas “arenas”) mientras buscas 3 o 4 elementos específicos del escenario que romper. Esos elementos evitarán que sigan llegando más enemigos. Lo curioso es que, aunque te pases 10 minutos y los mates a TODOS, tienes que romper esos elementos: Ruby sabe que hay que cerrar las puertas del pasado, si no quiere que las pesadillas la persigan. O se escape la calefacción.
En éste, cada muerte te dará puntos para aumentar el multiplicador de muertes y así recibir más puntos. Mientras más alto sea el multiplicador, también, más rápido te curarás. El encanto de éste modo de juego radica en buscar a tu próxima víctima lo más rápido posible, para evitar perder dicho multiplicador: con los puntos podrás comprar mejoras acrobáticas o de armamento.
El otro modo de juego, el modo “furia”, empieza cada vez que a Ruby la salpica la sangre de sus enemigos (que no es tan a menudo, como se podría suponer) y el juego cambiará a una estética más comic, emulando a las viñetas de “Sin City”, pero en rojo, blanco y negro. Muy original todo, sí señor.
En éste, cada muerte te dará puntos para aumentar el contador de muertes y así recibir más puntos. Mientras más alto sea el contador, también, más rápido te curarás. El encanto de éste modo de juego radica en buscar a tu próxima víctima lo más rápido posible, para evitar perder dicho contador: con los puntos podrás comprar mejoras acrobáticas o para las armas.
Lo que diferenciará a Wet del resto de los juegos con bullet time y saltos será la fusión perfecta de violencia y tetas. Pero al revés. Las muertes TIENEN que ser “acrobáticas” (es decir, mientras estás saltando, o deslizándote, o corriendo por las paredes, o trepando por las salientes) si no, en vez de darte muchos puntos te darán pocos puntos. Y como ninguno de los modos de juego funciona bien si no quieres muchos puntos, entonces rompes el juego. Tú, sí. No los creadores: TÚ. Como tampoco hay coberturas y Ruby es una dama, morirás rápido si no estás todo el tiempo con el bullet time puesto y disparando.
Esto se traduce en que, desde que entras al juego, hasta que vayas a dormir (aunque hayas apagado la consola horas antes) el hilo musical sea : bang bang bang bang bang bang bang bang bang cabrón gilipollas bang bang bang bang bang bang bang bang bang cabrón hijo de puta bang bang bang bang bang bang bang bang bang hijos de puta gilipollas bang bang bang bang bang bang me cago en la hostia de los cabrones bang bang bang bang bang bang….
Una vez superada la historia se ponen a tu disposición varias opciones para así, seguirlo disfrutando. A saber:
La dificultad “femme fatale”: en la que podrás volver a pasar los mismos niveles, pero obviamente, con mayor dificultad. Aquí es vital plantearse una estrategia que te permita sobrevivir. No es “llego y los mato en bullet time” es “llego y los mato en bullet time antes de que me maten a mí”.
El modo “balas de oro”: en el que podrás volver a pasar los mismos niveles, pero con armas superpoderosas. Tus disparos matarán a los enemigos inmediatamente, pero sus balas también harán mucho más daño. Siempre que no estés en bullet time, claro.
El modo “todos los puntos cuentan” en el que podrás volver a pasar los mismos niveles, pero tratando de superar una cantidad de puntos por lo general bastante alta. Deberás alternar entre muchos tipos de acrobacias (salto, deslizamiento, correr por las paredes, salto, correr por las paredes, deslizamiento) para que las muertes sean mejor puntuadas. En bullet time, por supuesto.
El modo “desafíos”, en el que podrás volver a pasar el nivel de entrenamientos, buscando superar un tiempo determinado para recibir medallas de bronce, plata u oro. Mientras saltas, aparecerán objetivos a los que dispararles para restar tiempo del reloj. A estas alturas, imagino que lo habrás adivinado: sí, en bullet time.
Después de todo el ladrillo describiendo la increíble variedad de situaciones que ofrece el juego, tengo que señalar los aspectos que, en lo personal, me parecen positivos. Digo positivos por no decir “los que lo salvan de un olvido absoluto e inmediato”.
Preguntaréis, ¿qué puede salvar a un juego así? El apartado artístico, por supuesto. Y hace falta ser un artista con dos pares de cojones para salvar a un juego como Wet.
No importa que el mando sea horrible como las pesadillas de un psicópata borracho con cólera en una noche de lluvia ácida en las cercanías de un Hiroshima post-Proyecto Manhattan. No importa que la alta cantidad de personajes secundarios sean anecdóticos y que el desarrollo de Ruby consista en añadirle una palabra más a sus tacos cada vez. No importa que con pasártelo de una sentada hayas visto todo lo que puede ofrecer el juego. No importa cuando hay un equipo de frikis que, aunque no vayan a cobrar más que el resto de los programadores, les mole la idea de mantener una estética retro, fusilada totalmente de las pelis de Jon Woo ó Tarantino (que a su vez fusilan, estos sí con un poco más de buen hacer, la ideología estética de las pelis ochentosas que nos tragábamos en las madrugadas de los 90s). Que consigan hacerte sentir por momentos que la cutrez del juego es parte del objetivo, tipo la peli “Planet Terror”, te lleva a considerar que han hecho un trabajo cojonudo.
Sí, entretiene hasta cierto punto, si en su momento flipaste cuando el chino de los pectorales le rompía la pierna al amigo de Van Damme, o cuando “El Ninja Americano” saltaba por los rascacielos lanzando shurikens a infinidad de chinos vestidos de negro, o cuando aquella tía víctima de una violación volvía luego con implantes biónicos y un molinillo en sus genitales para “coger” por sorpresa a los que la malograron.
El tracklist también merece su párrafo, pues la banda sonora está compuesta por una nutrida selección de canciones de grupillos desconocidos de rock, grunge y demás que le sientan como anillo al dedo a la acción. Pero que nunca se te pasaría por la mente buscar para tener en el mp3.
Por otro lado, éste juego se puede llegar a ver, de segunda mano, casi por el mismo precio que un menú de Mc Donald’s… y a pesar de sus defectos, te puede salvar de alguna de esas terribles tardes de domingo. A menos, claro, que puedas sentarte a ver en familia alguna de las pelis de Troma, o algún peliculón pseudo-chinorri con gore, patadas y un héroe rubio vestido impecablemente. American Ninja 2, por ejemplo. O la 3. O la 4.
Ay, Bethesda, hija, ¿necesitas que hagamos una recolecta para comprarte un pequeño departamento de control de calidad y testing?
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