Rappel

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De la serie grandes personajes:

Rappel
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He aquí a Rappel, aunque no se parezca.
Nacimiento Hace 23 años.
Muerte Cuando le dejen de dar frutos secos.
Ocupación Echar las cartas y lo que le salga.
Nacionalidad Español, según fuentes oficiales.
Malo o bueno Bueno para las cadenas.
Atentados contra la humanidad Ser él.
Religión Él es la religión.
Notas No intentes que te eche las cartas si no sale en la tele.

Científico que nació hace 23 años y que, tras sacarse la carrera de científico, decidió hacer un experimento que le podía lanzar a la fama o dejarle como un perturbado mental al que nadie ha de honrarse a mirar. Tal experimento consistía en ponerse una túnica que había adquirido intentando regatear en el mercadillo y que al final se vio obligado a pagar por ella. Con tal atuendo debía comprarse una baraja de naipes española. A continuación, ya no había vuelta atrás: debía ir a algún canal de televisión que necesitase audiencia nocturna que hiciese frente al crecimiento del porno de calidad. Empezó yendo a la televisión de su barrio, después a la local, donde le ofrecían frutos secos como salario. Con la barriga llena de estos productos la cosa cambiaba. Ahora aquel genio era capaz de ir a la televisión autonómica a anunciarse como "invidente". Además, había otra cosa que él no esperaba tener pero que le ayudaría: se quedó calvo. Todos sabemos que le haríamos antes caso a un calvo que lleva una horrible túnica que a un señor con americana y maletín. Entonces, se puso en un canal autonómico a "echar las cartas". No me honro a decir cuál era ese canal porque sino me denuncian por recordarles aquel trauma.

Contenido

Razones de la expulsión del canal autonómico

Como ya conocía el honorable sabor de los cacahueses cacahuetes y los kikos embolsados, empezó a reclamar que le sirvieran esas magníficas bolsitas del Mercadona después de cada programa, acompañadas por refrescante agua del grifo. Pero es de sabiduría popular que ese canal autonómico, que no digno a llamar, era tan rico que solo le podía ofrecer estos productos con marca comercial. Rappel cogió un berrinche más grande que Melendi delante de un vaso de fanta, y optó por secuestrar una silla que tenía delante cuando se lo dijeron (todos sabemos que las sillas son necesarias, y secuestrarlas da más posibilidades de que te escuchen). Tras tensas negociaciones, decidieron enviarlo a tomar por culo, lo cual aceptó de buen grado Rappel. Ahora se le abrían más puertas: había conocido las maravillas de la televisión autonómica y su ascenso era inevitable. Cogió una cañada real acompañado de un perro que encontró casualmente en la perrera y emprendió el camino hacia Madriz.

Vida en Madrid

Cuando llegó a nuestra noble capital, lo primero que vio fue el barrio periférico de "la Cañada Real", con sus bellas chabolas llenas de pestilente olor y de madrileños expulsados de su tierra por ser del Barça. Aquella visión le hizo cambiar respecto a sus ideas: era mejor entrar por Vallecas antes que por la Cañada, al menos no era tampoco de ricos pero los edificios le taparían del achicharrante Sol de diciembre. Cuando vio la fachada de los estudios de la TVE, se emocionó, y estuvo llorando dos días, que es el tiempo mínimo que tarda la policía en ir desde una comisaría a doscientos metros de distancia hasta un lugar de manera urgente. Se lo llevaron a Carabanchel, donde conoció a grandes genios que han marcado nuestra vida, como el Lute o el hermano de Manolito Gafotas, ese que nadie conoce. De nuevo en libertado, fue a los estudios de televisión española diciendo: "No tengo por mayor objetivo trabajar en esta cadena, que si no me dan empleo pierdo toda posibilidad de faena". Estas palabras le hicieron merecedor de otra temporada enchironado. Cuando otra vez vio la luz en las calles de Madriz, cogió prestado sin devolver un taxi y fue a los estudios de nuevo. Como habían renovado plantilla, nadie se acordaba de él. Pidió empleo y se lo ofrecieron: era el nuevo barrendero de Saber Vivir.

Cómo consiguió que le conociesen por Saber Vivir

Gitanos que le robaron a Rappel su túnica

Obviamente, no bastaba con ser barrendero de tan gran programa televisivo. Tenía que hacer algo para que toda Espiña le conociera. Tras idear varias formas de que las cámaras le enfocasen y de sobornar con cacahuetes a los cámaras y al realizador, tiró unos pistachos al suelo, cerca de la mesa donde Torreiglesias (Descanse en Paz en las colas del INEM) decía cosas sin sentido, tan típico en él. Entonces, le ordenaron que recogiese todo el estropicio causado por aquel malintencionado pistacho, que había hecho sombra al mismísimo Torreiglesias. Era su gran momento de esplendor. Los cámaras, movidos por el dinero del soborno, igual que el realizador, enfocaron esplendoroso a Rappel, que por aquel entonces se había visto obligado a darle a unos gitanos de Vallecas su querida túnica. Saludó y sonrió a cámara mientras recogía el pistacho y lo lanzaba al público, hecho que le llevó a ser despedido de la cadena de por vida.


Vida después de Saber Vivir

Ahora ya tenía algo que poner en su currículum: había trabajado en varias cadenas, incluso en la Primera de TVE, y aquello le daba cierto nivel. Fue a Antena 3, donde Matías Prats, nuevo en el oficio televisivo, le ofreció trabajar de periodista. Tras redactar varios artículos patéticos sobre la cartomancia, Prats le dio un empleo nocturno en su especialidad: hacer el tonto echar las cartas a las típicas cotillas que se atreven a ver ese tipo de programas nocturnos. Debido a su gran dote para este arte que sólo unos pocos están capacitados para hacer, las cadenas se lo rifaban, y no sólo para que trabajara de noche: también podía asistir como acompañante para Ana Rosa. Ya tenía, como él solía decir en las noches a la intemperie cuando se dirigía hacia Madriz: "la vida solucioná". Esta vida que él quería alcanzar y que finalmente consiguió, se mantiene en la actualidad.

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