De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
s.m. Solución estructural llave en mano cuyo proyecto de obra es lanzado a concurso separado del resto de elementos estructurales debido al interés económico que supone para empresas de chapa y pintura, que financian parte de la obra para asegurarse que el diseño de los pilares cumpla unos requisitos de su interés.
Aunque no procede la notación algebraica en una matriz de naturaleza más cualitativa que cuantitativa, dos hechos son los que se llevan las diagonales de la matriz de impacto ambiental de un pilar: el estrés y los daños materiales.
El estrés, que afecta directamente a la salud del conductor, se produce por querer evitar el choque con los pilares. Para el caso del aparcamiento subterráneo de un centro comercial, el conductor se estresa hasta que consigue aparcar. Después de la compra el estrés vuelve, como consecuencia de que no encuentra su coche en el aparcamiento donde lo había dejado. Queriendo denunciar el robo de su coche con todavía más estrés, otro comprador del centro comercial le pregunta si no estará en el L34 de otro piso. El estrés desaparece al encontrar el coche, pero finalmente vuelve y permanece durante todo el día al tener que pagar 50 € en el parquímetro. La disposición de aparcamientos y pilares metasimétrica tipo laberinto queda justificada económicamente con este último hecho.
Los daños materiales se producen si el estrés es acompañado por muchos nervios. La automatización de la conducción se pierde, delegando el sistema nervioso en la conciencia del conductor, quien al clavar los ojos en el pilar que quiere evitar, acaba clavando también el coche. Clavada sólo superada por el presupuesto de la reparación de parachoques, faros, chapa e incluso motor en caso de haber clavado el acelerador.
Es incomprensible que se pida el valor de la fuerza de reacción ejercida por el pilar sobre un automóvil como consecuencia de un choque, cuando el primero tiene una sección cuadrada y no redonda para minimizar los daños. Parece que si las aristas no son vivas, entonces no se cuenta con el 30% de financiación del proyecto por parte de empresas de chapas. Así no se puede trabajar.
| C:\del *.* |
Mientras se formatea el disco duro me voy a escuchar la radio. Sintonizando en busca del partido de la final entre el Valencia y el Madrid, una serie de pitidos comienza a molestarme. Parece que el árbitro ha enloquecido, a saber si porque debido a tanta película de romano de pronto ha confundido el estadio con un circo y se cree en medio de una batalla entre gladiadores; pero pronto confirmo mis sospechas: es código Morse. A prisa y corriendo busco lápiz y papel en el escritorio y anoto la secuencia, que menos mal que no dejaba de repetirse.
Como yo no sé Morse, remuevo todos los cajones de mi habitación hasta encontrar el gualqui talqui que tiene una pegatina con la equivalencia de cada letra a Morse, y valiéndome de ello acabo obteniendo el siguiente texto:
Si no se determina los efectos psicológicos que por sus formas y colores la infraestructura puede ejercer en la mente de un demente, se perderán torres y puentes.
Mira tú por dónde, una Norma interesante...
| Sentado en la ventanilla de la derecha y puesto el cinturón, Jacinto acaba de llegar al Pueblo Lavanda.
Se incorpora la conductora Elena, madre de Jacinto. — Ay, Jacinto quita esa música. — Ya está otra vez con el picacho.— El marido de Elena y padre de Jacinto, Fernando, se sienta de copiloto, escayolado y de paisano. Vistiendo su traje de aiquido, la hermana de Jacinto, Laura, se sienta en la ventanilla de la izquierda.
Elena arranca el 4x4 y salen del polideportivo. Jacinto concentrado con el Nintendo, Laura con el ceño fruncido mirando por su ventanilla.
Llegan al Toisarás y Laura cambia de expresión radicalmente. Aparcan en el subterráneo del centro comercial. Elena mira por el retrovisor central a su hija.
Jacinto acaba de descubrir cómo derrotar al Maroguac.
Elena desabrocha su cinturón y el de Fernando, que al estar escayolado no puede quitárselo con facilidad. Los padres memorizan el pilar donde han aparcado y se van al centro comercial, dejando a los niños solos en el 4x4. Sigue sonando la canción del Pueblo Lavanda. Laura, que había sido una niña buena, se pregunta por qué tenía que quedarse sin su Jarri Poter. ¿Qué le diría a sus amigas? ¿Tendría que quedarse amargada el verano estudiando los sectores industriales y las formas de propagación del calor? De ninguna manera lo iba a permitir. Saca del bolsillo las llaves del 4x4 y se cuela como puede en el asiento del conductor, pues entre todos los pilares del aparcamiento, hay uno de ladrillo rústico. Iría directa a Joguarts. Arranca el vehículo, que lamento que sea automático, y acaba estampándolo contra el pilar a 90 Km/h. Jacinto se mata en el acto y Laura confunde la bolsa de aire con la magia de Dumbeldor. Elena y Fernando vuelven con la compra y se van confudidos. Debieron dejarse el todoterreno en otro piso. |
Luego el pilar no cumple.
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