Moroso

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De la serie rarezas del mundo:
Moroso
Encapuchado.jpg
No, no, si no hace falta que me devuelvas nada...
Cosa que representa La indecencia de pedir
Sirve para Que los bancos dejen de dar créditos
¿Existe? Desde que el mundo es mundo
Trastorno del cerebro Giro de 360º del ofcipital pleusiano y pérdida de liquidez
¿Es comprensible? Sí, hasta que te tocan los huevos
Hábitat Grandes urbes con Bancos
Poder Nulo sentido de la moralidad, velocidad sobrehumana
Tipo de rareza Humanoide-ghoul
¿Natural o artificial? Constructo de la sociedad
Nivel de frikismo 3% TAE
¿Es abundante? En época de crisis, sí

«¡¡Moroso!! ¡¡Cabrón!!»

~ Acreedor pidiendo amigablemente a su deudor que cumpla con su obligación


«Soy un moroso, moroso, moroso, moroso... menuda pufa nos ha dejao el cabroooon... »

~ Anónima copla sobre una comunidad


«Pero si está clarísimo: que el muerto está moroso y el vivo muerto.»

~ Antonio Recio sobre el moroso cabrón


Se denomina moroso a aquel individuo que, tras contraer numerosas deudas con entidades de crédito y amigos y familiares confiados, desaparece de la faz de la tierra sin dejar rastro, con el consiguiente cabreo de sus acreedores. También denominado como "moroso cabrón", "joputa" o "moroso joputa, me cago en tu alma", su denominación viene de del griego "moros, morosis", que significa "moro", ya que en la época clásica los moros eran muy dados a pedir limosna. Suelen reproducirse en épocas de crisis, por lo que su detección es muy difícil. Su hábitat son las grandes metrópolis, y cuando por fin aparece su verdadera naturaleza, suele esconderse en viviendas alejadas de las urbes, cuevas, zulos y demás garitas, durante largos periodos de tiempo, hibernando, contando la pasta que se han sacado por la jeta, sin ver la luz del día.

Contenido

Origen de la especie

Se cree que el primero de su especie surgió en la Grecia clásica, cuando Platón le pidió dos duros de aquella época a Pidemeuros para irse de putas, acordando que se los devolvería cuando le pasasen la pensión los del Senado, que también estaban hasta el cuello de deudas debido a las guerras que entablaron con los macedónicos. Pidemeuros aceptó, pero tras varios meses de retailas y largas, se tuvo que poner serio, y se fue a la plaza del pueblo a por Platón, que era muy dado a debatir con los otros viejos de Atenas sobre temas de fúrgol. Allí, tras una acalorada discusión en la que casi llegan a las manos, Pidemeuros llamó "moroso cabrón" a Platón, y este le respondió con un corte de mangas. Ya en los tribunales, Pidemeuros demandó a Platón para que le devolviera los duros, y además le metió una denuncia por abuso sesuarl de menores, algo que en aquella época estaba muy de moda en las tertulias de los foros. Ante el revuelo popular que se formó, los jueces condenaron a Platón a pagar la deuda si no quería morir por "cien putas"; aunque en realidad quisieron decir "cicuta", ya que el escribano esclavo lo copió mal en los pergaminos. Platón eligió las putas, o sea la cicuta, y lo metieron en la cárcel para que allí la diñase, ya que el Senado había echo recortes en sanidad.

De la extinción a la proliferación. La Moroscarada

Moroso practicando la Moroscarada.

Con la irrupción del capitalismo y la época dorada, los coches rápidos y el dinero impreso a cholón, pareció que los morosos había desaparecido, y en su lugar habían aparecido ciudadanos de bien, que pedían créditos al banco para comprarse un pisito con la parienta, donde tener muchos hijos para llevarlos al colegio en el coche nuevo que solía renovarse cada semana.

Pero con la gran crisis del petardo, la inflación, las guerras templadas y la caída en picado de las ventas de aceite de pingüino, los morosos reaparecieron como por arte de magia, negándose a devolver lo que tomaron en préstamo, huyendo del hogar familiar hacia las periferias, recluyéndose en guetos de morosidad y hacinamiento. Algunos hasta se tiraban de las azoteas, presos del pánico, impotentes ante la idea de tener que pagarle al banco, o abonar la factura de la luz.

Una vez se acabó la Gran Guerra de las Galaxias y el mundo económico se estabilizó, los morosos volvieron para integrarse en la sociedad como personas normales y corrientes, ignorando que en el fondo de sus podridas entrañas se gestaba un monstruo, un ser capaz de deber 5.000 euros de comunidad, o 3.000 euros de letras al banco. Sobreviven entre nosotros, comen y duermen en nuestras casas, pasean sus perros por nuestros barrios. Se esconden gracias a una mascarada, esperando que todo se vaya al traste para dejar de pagar las facturas y salir por patas una vez más.

Características

¡Únete a nosotros!
Todo vale para acabar con estos cabrones

Los morosos pueden ser realmente huidizos, se camuflan bien entre nosotros y solo nos damos cuenta de que hay uno entre nosotros cuando ya nos ha dado por culo. Pero gracias a estudios de mercado y mercadillos, han surgido nuevas empresas que se dedican a su rastreamiento, para sí avisar a los bancos y que estos no les den ni un duro. Lamentablemente, si estás leyendo esto, es que tú no eres un banco, sino un piltrafilla como otro cualquiera, incluso un moroso en potencia. Por ello, se han recopilado por diversos foros de internerd una serie de características para poder detectarlos, aunque no es del todo fiable, pero puede servir para dar indicios y atar en corto a posibles cabrones y mamoncestes, a saber:

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