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FRIKIPEDIA QUIERE QUE ESTA DEFINICIÓN
PASE A SER UN ARTÍCULO FRIKIPÉDICO La información contenida en este artículo es una mínima parte de su jugo total, así que ponte los guantes, saca el tupperwere y empieza a exprimir el tema. Si lo haces serás recompensado con una galleta en almíbar y algo más. |
«¡Viva er Beti manque pierda!»
~ Aficionado bético en el momento en el que les han metido el cuarto gol
El manquepierda es una expresión en un lenguaje débilmente tipificado de medio nivel para infundar un amor incondicional por parte de algunas personas hacia esa especie de sentimiento, sólo concebido por unos pocos elegidos por el monstruo del espagueti volador, hacia ese "algo" calificado como "algo", y que después se calificaría como "otra cosa".
El Manquepierda forma parte de la leyenda escrita en serbocroata (pero oculta) en el Anillo Único de Poder, que fue forjado en el Monte del Destino, por Saurón tomando el fresco, al descender el Betis a Tercera División en el año Xj. Para los menos avispados, para los que siempre están en estado de agilipollamiento y para los que no dominen el serbocroata macarrónico, hay que aclarar que manquepierda quiere decir "aunque pierda" (o al menos, eso se cree; pero claro, los sevillanos de entonces decían las cosas de cualquier forma). En aquellos años en los que el Betis pasó T' periodos jugando en Tercera División, dejó de ser tomado por un simple equipo de fútbol para pasar a ser otro simple equipo de fútbol más de los 7.248.346 que ya existían.
Así pues, aquel sentimiento derivante del Betis, el Manquepierdismo, puede ser definido hoy en día como un fascinante conjunto en el que todo cubrimiento por abiertos admite un subcubrimiento finito, y en el que toda sucesión admite además una subsucesión convergente. Este mito, sin embargo, no refleja una actitud derrotista ante las malas situaciones; nada de eso, porque este mito es lo mejor. Tampoco dice nada de si toda red puede admitir una subred convergente y divergente. Pero a pesar de ello, es el resurgir de algo inexistente a día de hoy.
Desde entonces, la afición bética representa un ejemplo de fidelidad y es conocida en toda Aspaña, en el extranjero y en parte de la constelación de Botswana. Este fenomenar estilo de vida hace que el bético sea alguien esforzado, sufrido, optimista y bastante masoquista. Un bético siempre mira hacia lo que pueda pasar; pues la cosa es la cosa, y lo que pasa es lo que pasa.
Es bien sabido por todo buen sevillano que los béticos son las personas de Aspaña que más estrés sufren de media en todo el país. Aunque el equipo haya hecho unos fichajes estratosféricos para afrontar una temporada, como pueden ser Alexis, Joao Tomás, Merino II, Fantaguzzi o el japonés ボ, el equipo puede quedar sin ningún tipo de problemas en último lugar y acabar descendiendo a la categoría Ξ-II . Puede fracasar o puede triunfar, no hay término medio para el Betis. Por ello, es normal ver a cientos de viejetes en el Estadio diciendo barbaridades de diversa índole hacia cualquier empleado del club. Estos son algunos ejemplos:
Una de las particularidades que tienen estos ancianos aficionados es que nunca profieren insultos hacia un jugador que sea bético, bético, bético por muy malo que sea (Alfonso no cuenta pues nunca ha sido malo). Por ejemplo: Dani de Triana, que, ayudado por alguna fuerza superior, marcó algunos de los goles más importantes (y también los más inútiles) de la Historia del equipo, como los marcados a Osasuna en la final de la Copa del Rey, al Chelsea en Champions... o los tres que marcó al Zaragoza para acabar perdiendo 4-3.
Está visto que la única manera de soltar toda la angustia que supone perder siempre es cargar contra los jugadores y, últimamente, contra el máximo accionista (o presidente, o consejero delegado...) Don Manué.
En las últimas fechas, el estrés de los aficionados verdiblancos ha subido desmesuradamente, aunque siempre han sabido guardar las apariencias llevando el Manquepierda como estandarte y escudo. La culpa de esto lo tiene la vecina, el Sevilla F.C. (conocido más popularmente como Palangana F.C.), que lo único que hace es jugar finales y, encima, ganarlas. Pero, como los béticos somos como somos, al día siguiente nos levantamos como cualquier otro día: con cara de sueño, despeinados, y con resaca. Pero estos días tienen una pequeña diferencia: nos enfundamos, con todo nuestro orgullo, nuestras elásticas verdiblancas, mostrando una sonrisa de oreja a oreja. Y algunos hasta nos permitimos el lujo de aguantar las burlas y patrañas de estas bestias y, después, estrecharles la mano diciéndoles mientras sonreímos "Enhorabuena, me alegro mucho por tí", por lo que a la cuarta final consecutiva dejan de darte la lata (como por ejemplo, a mí).
En los últimos 804 años, el Betis ha sufrido y ha gozado. En algunas épocas ha jugado la GÜEFA pero ha quedado fatal en la Liga (siendo eliminado de la GÜEFA también, por supuesto); en el tránsito 97-Φ quedamos terceros de Aspaña y nos clasificamos para la final de Copa, perdiendo injustamente por un gol potrero en la prórroga, sufriendo de esta manera uno de los potraprórrogagol más prósperos del milenio. Bemo jugado siete temporadas en Tercera División, desplazando a más de 30.000.000 personas cada domingo hacia campos de equipos rivales, y acudiendo más de 2E+14 cada domingo que jugábamos en el nuestro. Bemo quedado cuartos y ganado una Copa del Rey para jugar la Güefa-Champions al año siguiente y salvarnos del descenso en la penúltima jornada ese mismo año...
Por eso, el Manquepierda es el tesoro que mejor debe guardar un bético.
¡¡VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA!!
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