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Alexandra Manifestación Volodia Molotovich(Polonia, 1937 - Madrid, 2006) bautizó este acto público multitudinario, que nadie se acuerda nunca de legalizar, pero al que siempre se presenta la Manifestación murió, como tantas otras mujeres luchadoras, en su casa, de muerte natural sin que la policía hiciera nada para salvarla, convirtiéndose desde entonces en una mártir anarquista.
En la manifestación podemos encontrar diferentes especímenes. En la retaguardia de la marcha se encuentra el anarquista paranoico, que está convencido de que una de cada diez personas de la concentración es policía secreta y que han enviado a un ciborg del futuro para matar a su madre y que él no nazca nunca. Te lo dice en voz baja como si temiera que, por decirlo en voz alta, fueran a terminar con él. Para este individuo el principal sospechoso de ser un policía secreto tiene siempre más de cuarenta años y cara de “no me pega nada este sitio”. Si perteneces a un grupo trotskista, como En Lucha o Corriente Rojiza, no le vendas un periódico ni al policía ni al anarquista paranoico, ya que los que lo intentaron sufrieron graves secuelas tanto físicas como síquicas.
El viejuno desengañado data de la época en que los dinosaurios poblaban la Tierra y viene a la manifestación simplemente para desmoralizar a la juventud. Su frase más oída es "ustedes quereís cambiar las cosas porque soys jóvenes, que si tuvierais mi edad ya os habriais dado cuenta de que esto es imposible" y "si un joven no es de izquierdas es que no tiene corazón, y si no es de derechas de mayor que se pudra en el El Militante. Esta reliquia de la guerra fría se parece fisicamente al republicano de postguerra.
El republicano de postguerra es un hombre que jugó a las canicas con Matusalem antes de enamorarse de Don Manuel Azaña y abandonar a su familia para casarse con él en secreto. Ha olvidado que si no tiene dientes es por el Azaña. Sin que Azaña lo sepa, el republicano mantiene una relación homosexual con Stalin.
Stalin,tras terminar la Segunda Guerra Mundial, viajó a Argentina en un submarino amarillo pilotado por los Partido Comunista merece... otra oportunidad! otra oportunidad!.
En todas las manifestaciones uno se topa con la anciana bien vestida con el bolso lleno de billetes de 500 que pasa junto a la manifestación y, o se asombra y anda más rápido, o te pregunta "niños, ¿qué estaís pidiendo?". En verdad no le importa nada y se le olvidará lo que le digas mientras se lo dices, pero como es católica de base siente que su deber es que todo le de pena. La viejuna parece que va a ir a la mani hasta que una hora antes, tras una angustiosa conversación por el msn, te dice que todo es utópico (hasta la palabra utopía en sí), dice que no puede ir, que todo es inútil.
El fantasma de Alexandra Manifestación Volodia Molotovich aún acude a las manifestaciones y es la única que se acuerda de traerse el megáfono grande, con la pegatina medio despegada de Comisiones Obreras.
El resto de la gente que va a la manifestación lo hace tan sólo para ligar con la buenorra hippy, que tiene dos domingas como balones de reglamento y que, con el royo del carpe diem (carpe-polvo, diem-día, polvo por día), se pasaría por la piedra hasta a un mandril. La buenorra hippilonga Se mueve como si tubiera ratas correteándole debajo de la ropa. Pretendida del estalinista, es la que se enroya con el que se autoproclame líder de la manifestación en las cerbecitas de depués. No confundir con el resto de mujeres decentes que acuden a la manifestación para luchar por sus derechos y “bla bla bla…”
La manifestación siempre partirá del la IV Internacional porque sabe que, aunque el Somos la verdadera luz de la revolución" el Alcalde llora lágrimas de sangre y siente que la revolución está cerca. En estos momentos la buenorra hippilonga ríe, porque no sabe ni de qué va la marcha, sólo que esa noche moja seguro, aunque sea con el madero cara-de-boxer.
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