De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
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El comprometido es el espíritu crítico con la sociedad y el amante plácido de la naturaleza.
Su lema las tres "R": reducir, reciclar y reutilizar.
Cree en la palabra por una razón muy sencilla: es ecologista. Le irrita que alguien imprima cosas, si no es la nómina para solicitar la ayuda de la vivienda. Lo medio-ambiental es su causa y su lucha pero su casa… está llena de libros!
Le encanta hablar de la vivienda digna.
80% tíos, con un pasado de ciencias en lo que trabajan hasta que descubren su parte creativa e intentan compatibilizar:
20% grupo mixto, entre el periodismo, la educación y el trabajo social, que trabaja -o es asiduo de- una ONG o asociación, en laque se vuelca pero sin pagar la cuota.
en asociaciones pro-naturalistas de izquierdas, asambleas universitarias, manifestaciones de la LOU o anti-globalización. El comprometido suele estar en ciudades de tamaño medio como Málaga, Vitoria o León. Allí es donde se amotinan.
Lleva ropa de colores que no recuerde a ninguna marca, por lo que se limitan a grises y azules oscuro casi negros. Su atuendo está perfectamente estudiado, podría salir a la montaña en cualquier momento. Va siempre preparados con polares quita vientos y pantalones con refuerzos. Importantísimo: la riñonera, siempre con papelillos de liar. La comprometida suele tener el pelo lacio; él, el pelo espeso y rizado. Ambos llevan jerseys de lana con cremallera, vaqueros que no quedan de ninguna manera en especial y unas auténticas chirucas Él: su bolso es básicamente la funda de la cámara digital Ella: no se le ha visto ni se le conoce bolso. A la hora de irse de viaje, tienen un montón de mochilas, de todo tipo.
Hay una versión más sofisticada del comprometido: el jipi urbano. Es igual que la anterior pero con un buen anorak bien forrado –que ya sienta mejor- estilo motero, rojo esmalte. Entre sus marcas favoritas: North face, Carhart… aunque se conforman con imitaciones. Y esto reafirma más todavía su compromiso fiel. el comprometido del palo: siente devoción por Skunk funk alias “SKFK” (no confundir con SFDK; cosecha nacional del movimiento brother), esas prendas tan casual de ese verde pistacho tan característico, cuestan una buena friolera…
Sortea todos esos obstáculos anti-globalización desde su bici hasta llegar al otro lado de la ciudad donde un buen tendero le venderá los piñones y pimientos secos que necesita para su nueva receta. Todavía unas últimas compras en sus sitios favoritos: la tienda ecológica y el herbolario: El comprometido es el único que está dispuesto a comprar y que valora los productos de cultivo ecológico.
Parece que el comprometido no ve el final del día… eh?! Principalmente porque hoy también duermen en su casa un par de perroflautas y una prima con perlas que viene a hacer una entrevista.
Y es así como acaba un buen día: Fatigado… Nadie sabe cómo se consigue despertar a la mañana siguiente sin que le dé un telele, escasas horas más tarde y vivir todo de nuevo con la misma intensidad e implicación.
Además de que comer es fundamental no basta con hacerlo de culquier forma. hay que comer sano, sin colesterol. Todas esas cosas se la sabe muy bien. Valora por encima de todo lo ecológico, lo nutritivo, lo sostenible, lo naturaaaaaaaaaaaaaaaaaal. Es hacendoso en la cocina y lo hace todo con gran habilidad. Es un maestro con las manos, del buen saber y hacer en la cocina: Mueve la yema de lado a lado de la cáscara y nunca se le ha juntado una yema con una clara. Parece que está haciendo artesanía que luego venderá en “Los Caños” en verano, pero no; simplemente está rellenando los pimientos… (Además, ahora ya no hace pulseras de cuero; ahora le invitan a dar charlas sobre comercio justo).
El comprometido es LA ÚNICA PERSONA que no le pregunta a un vegetariano por qué lo es.
El comprometido es el amigo de todos. Siempre de buen rollo.
El comprometido conoció al jipi en el suelo, el jipi le pidió un cigarro al comprometido, se acopló a su botellón y desde entonces comparten los porrillos que le pasa el jipi que desde entonces es su camello. Para ambos no hay sofá, silla, banco, tumbona, puff, taburete que se les resista, nada les doma. La única superficie que conocen -o en la que están dispuestos a sentarse- es el suelo, verdadera capa terrestre. Los bares han tomado nota y ahorran en sillas, poniendo mesas bajas y cojines; Los bares más sofisticados tienen junto a esto cachimbas de fumeteo. Los jipis van un paso más allá, que el comprometido no suele alcanzar: se sientan en el suelo en los medios de transporte arriesgándose a que les pisen en cualquier momento o a que se les pegue un chicle en la mano. Pero al comprometido no le gusta el reggeae ni el techno, house, trance, sino el jazz y la música celta. No es de bailar. En los bares su principal tarea es agarrar el cachi de cerveza o calimotxo, y se afana liando un porrillo. De vez en cuando se emociona con canciones de Escape como "Lega-legalización…", pero enseguida vuelve a la sensatez.
El comprometido también es amigo del gafapasta: va a buscarle a la salida de la filmoteca para tomar unas cañas y charlar. Para el comprometido el cine es “Una verdad incómoda”, “La joya del Nilo”, documentales sobre catástrofes naturales y desigualdad. No sabe que hay un tipo de cine que es puro entiende entertainment: chico conoce a chica, sin flora ni fauna. También le gusta “Los goonies”, “Barrio” y “El jardinero fiel”.
El comprometido es colega de todos los perro-flautas. Se despiden antes de entrar en el bar donde al perroflauta no le dejarían entrar.
También es el gran amigo de los abueletes, hablan de tú a tú de sus cosas. Se toman unos carajillos. Si el comprometido es de un pueblo, es el rey del tute. Y nunca reniega, le parece la hostiasu pueblo.
No han manifestado tener ningún enemigo pero sí lo tiene. Son los políticos! su aspecto dulce y voz cándida se distorsionan cuando hablan de ellos.
Hay un tipo de persona con la que “la cosa no cuaja” –salen tarifando-, los modernillos no aprecian uno de sus mayores logros,un méritos del comprometido en estos tiempos que corren: que, día tras día, se proponga -y lo consiga- que la ropa le quede realmente mal.
Tras una buena expedición, el comprometido se fuma un porro y se queda toda la tarde contemplando el paisaje. El comprometido es un pajarillo libre que ha volado hasta la cima y que ahora lo celebra. Espeleología es una gran palabra que sólo él sabe lo que significa. Pasión que no comparte con nadie, o no con la misma intensidad. Si el comprometido se enamorase, sería de una comprometida y en un momento muy especial: cuando están escalando, ese arte para ellos tan sensual. Un roce causal de sus chirucas... Compartir ese porro que antes fumaba solo en lo alto de la montaña.
En su versión “gigolas”, el comprometido ya aprendió trucos en numerosos campamentos con los scouts. Ahora, en su época universitaria, gasta sus días estivales de campo de trabajo en campo de trabajo, donde encandila a las chiquillas interpretando con su guitarra a los Celtas cortos junto a la hoguera. Todas se derriten al oir... Veinte de abril del noventa hola chata como estás... A la mañana siguiente se lanzan miraditas mientras reconstruyen un pueblo en ruinas o entretienen a unos ancianitos. Suele llevar a su chica (a la que conoció en uno de esos campo de trabajo que frecuentaba en verano) los fines de semana a la sierra más cercana, así la relación entre tupper-wares, navajas y sofocos en la tienda. se afianza. “Hacemos cosas divertidas y diferentes”, piensan...
Esta felicidad continúa sin precedentes construyendo su propia casa, un hogar desde los cimientos. Forever and ever. Si la casa tiene huerta, mejor; y si la casa es un piso, una maceta donde se pueda plantar las tres plantas de la felicidad: hierbabuena, orégano y maría.
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