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Mejor conocida como Anne Boleyn o Anita la Cabriada, fue la segunda esposa de Enrique VIII de Inglaterra y reina consorte de Inglaterra de 1533 a 1536 a.C.N (antes de Chuck Norris). Es recordada por ser la primera reina en morir decapitada con una espada francesa producto de la desesperación del puto mariconsón rey Enrique por tener machines en casa, porque supuestamente existen rumores de que tenía seis dedos (una aberración en esa época si entendemos su conexto, cosa que se descarta debido a que de haber sido así, el reyecito colérico no se habría fijado en ella) y porque, a raíz de eso, su fantasma deambula por varios castillos de Inglaterra.
Qué original.
En la corte de los Países Bajos y de Francia
Hasta ahora no se sabe cuándo y en donde nació esta astuta mujer que hizo que un rey se divorciara de su primera esposa; los historiadores hasta ahora debaten hasta ahora cuál es su fecha probable de nacimiento y el lugar del mismo (putamadre, es decir, con el debido respeto que se les tiene, existen los documentos llamados actas de nacimiento, ¿y aún así no se ponen de acuerdo los gilipollas cuándo y en donde nació?), pero se sabe que fue hija de un wey llamado Thomas Boleyn y de una señora llamada Isabel Howard, hermana a su vez de un duque, un tal Norfolk. En pocas palabras, esta mujer fue de cierta mescolanza de entre nobleza y comercio.
En fin, cuando el padre de Enriquito, quien también se llamaba Enrique (esos tíos no eran originales on los nombres) designó a Tomasín como embajador ante el gobierno de Calais, que en ese entonces estaba bajo el dominio de los anglos.
En Europa, el padre de Anita tuvo muchos admiradores debido a su profesionalismo y su encanto, entre ellos se encontraba la archiduquesa Margarita de Austria, hija de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y demás, que gobernaba los Países Bajos en nombre de su padre. Quedó tan impresionada por el profesiobnalismo de este cuate que una noche tuvo su buena sesión de sexo salvajeque ofreció a la hija de éste, Ana, un lugar en su casa. Generalmente una muchacha debía tener 12 años para obtener tal honor, pero puede que Ana fuera algo más joven en aquel momento. Margarita se refería a ella cariñosamente como «La petite Boleyn» (no se sabe, sin embargo, si el calificativo se refería a su edad o a su estatura, ya que de niña era más chaparra que las demás). Causó una buena impresión en los Países Bajos por sus maneras y dedicación y vivió allí desde la primavera de 1513 hasta que su padre ordenó que siguiera su educación en París el invierno de 1514.
En París su vida fue de lo más groovie y hippie de lo que uno se imaginó. Habían rumores de que era la amante secreta del rey de Francia o de que le gustaba ser una stripper en los salones privados de los políticos más cercanos al rey. Incluso decían que ella organizaba fiestas salvajes... Sí que estaba loca como una cabra la tipa esta.
Como el nuevo objetivo de Enrique VIII
Tras llevar ese estilo tan alocado de vida, su apá le ordenó que regresara a Inglaterra por un asunto urgente. Ese asuntillo urgente era que Enriquito estaba urgido (sí, muy urgido el ´muy bastardo) de tener una nueva amante, ya que la anterior, Mary Boleyn, ¿la propia hermana de Anita!, le había hartado. Tomasín, con el sueño huajiro de poner algún día a uno de sus hijos en el trono de Inglaterra, decidió usar a su hijilla para ese propósito.
Y lo logró.
Antes de ser el nuevo objetivo del rey, Anita ya era conocida por tener un excelente estilo de la moda, algo así como la Lady Di de sus tiempos; también era conocida por sus dotes como bailarina exótica chupavergas y putona.
No obstante, fue mayormente conocida por ser la primera mujer en cuyo matrimonio interfiere un rey... Enriquito para ser exactos.
El tipo se enamoró de ella en un baile de disfraces (no quiero ni imaginarme qué clase de disfraces; el rey era un verdadero depravado por sus constantes retozones con TODAS LAS MUJERES DE LA CORTE), y enseguida la acosó sexualmente a pesar de estar casada con un idiota llamado Henry Percy y con quién, supuestamente, ya había consumado el asunto. La mujer resistió a sus intentos de seducción y se negó a convertirse en su amante en pago por la interferencia de ese cuate. Rechazó las propuestas iniciales del rey diciendo:
“suplico a su chingada alteza de mierda muy seriamente que desista de estarme persiguiendo en todos lados cn sus berridos de mierda. Ya le dije un chingo de veces que NO QUIERO SER SU PUTA. ¡Antes muerta que ser enculada por un pinche marrano” - mientras ella le daba una patada en la entrepierna muy encabronada
El rey, a pesar de todo, se sintió más atraído aún tras esta negativa y la persiguió incesantemente, incluso después de que ella abandonara la corte para volver a Kent. Los historiadores (coño, señores, decídanse de una vez!) están divididos sobre los motivos de Ana para rechazar a Enrique —unos dicen que era virtud y otros que ambición, aunque a ello habría que agregarle la tercera opción de que papi está detrás del asunto.
Como Reina de Inglaterra
Harto y encabriado de tanto rechazo, le pidió matrimonio, a lo que Ana aceptó, no sin antes armar todo un desmadre para divorciarse de su primera señora, Catalina de Aragón, en el cual se incluyó su rompimiento político con la todopoderosa Martín Lutero.
Luego de que Catalina fuera echada a patadas de su casa por Enriquito y la Cabriada, quien había sido nombrada para ese entonces Marquesa de Pembroke (las razones están de sobra: simplemente el capricho real), el matrimonio oficial se llevó a cabo en no sé qué parte de Inglaterra y la coronación fue en Londinium, que en latín significa Londres. Para su coronación ya estaba en su séptimo mes de embarazo (sí, eso significa que ella ya había hecho el cuchi cuchi con el marrano)..En fin, contra lo que muchos pensaban, ese matrimonio no tuvo un final feliz. Al contrario: se la pasaban todo el día emputados, lanzándose veintemil cosas a la mano, gritándose hasta de lo que se iba a morir su madre; Anita intentó por todos los medios poner fin a las chocoaventuras de su marido, pero no pudo con ello. Además, intentó meter sus narices en asuntos de Estado, pero ni madres.
Lo que colmó la gota del vaso fue que el bebito no fue él, sino ella. Es decir, Anita la Cabriada dio a luz a otra Cabriada, la Chabela I de Inglaterra, mejor conocida como la Reina Virgen.Y peor aún: la pobre se embarazó en ocasiones posteriores, pero los abortó tras tanto ataque de furia contra las infidelidades de su maridito con su nueva amante, una tal Jane Seymour.
Eso contribuyó a que Enriquito, querendón de casarse con la Seymour, buscara algún medio de poder deshacerse de Anita.
Y qué mejor forma de hacerlo que mandarla a matar.
Sus últimos días
No obstante, no era fácil asesinarla a lo pendejo; Enriquito tenía que granjear pruebas que demuestren que su matrimonio no era válido, por lo que decidió inventarse varias acusaciones, destacándose el de adulterio, discriminación, maltrato emocional, brujería, incesto y putería alta traición. Para poder plantar esas falsas pruebas recurrió a un cuate llamado Thomas Cromwell, quien fingió hacer una investigación.
El resultado final de todo eso fue el arresto de unos cuantos imbéciles a quienes al rey no le simpatizaban en lo mínimo, incluyendo a su cuñado George Bolena, y el arresto de la propia reina, quien en definitiva iba cagandose de miedo al escuchar semejantes acusaciones.
Luego de un juicio rápido y políticamente maniobrado, Anita la Cabriada murió de una manera espantosa: Decapitada con espada francesa y a todo pulmón. Hoy día, se dice que su fantasma recorre los lugares en donde estuvo... Aunque pienso que en realidad esta mujer está buscando la manera de cómo vengarse del marranito.
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